Coincidiendo con la reapertura en Londres de la que pude ser otra interminable indagación sobre la muerte de Diana de Gales, los hijos de la princesa pidieron ayer agilidad en las diligencias judiciales para poder cerrar de una vez por todas el capítulo más luctuoso de sus vidas.

Guillermo y Enrique desean que la investigación judicial sobre la muerte de su madre "no solo sea abierta, justa y transparente, sino que también avance ligera a una conclusión rápida", según consta en la carta escrita en su nombre por el secretario particular de los príncipes, Jamie Lowther-Pinkerton.

La misiva fue leída ayer en la Real Corte de Justicia de la capital británica por la magistrada Elizabeth Butler-Sloss, encargada de la investigación, abierta hace tres años e inmediatamente aplazada. En la primera jornada de la vista preliminar de dos días, Butler-Sloss, ya jubilada de la judicatura, se inclinó por que el resto de las audiencias se celebren en público, a ser posible a partir del mes de mayo.

La jueza también indicó que la muerte de Diana y de su compañero sentimental, Dodi al Fayed, deberían examinarse juntas porque sería "increíblemente caro" el hacerlo por separado. Aún está por acordar si habrá un jurado, pero la presidenta del tribunal rechazó la posibilidad de que este estuviera integrado por personas vinculadas a la casa real. Haciendo una excepción, la reina ha aceptado en esta ocasión un jurado ordinario.

La nueva investigación, exigida por la ley en caso de muerte violenta o inexplicada de un ciudadano británico, viene a sumarse a las ya realizadas por la policía francesa y posteriormente por la policía británica. Ambas investigaciones descartaron cualquier conspiración.

DEBERES CASTRENSES

Guillermo y Enrique comparten desde ayer el mismo regimiento en el Ejército, los Blues and Royals, donde el hermano mayor es conocido entre sus compañeros como el corneta galés. De hecho, los deberes castrenses pueden impedir al primogénito de la princesa de Gales pasar el día de hoy con su novia, Kate Middleton, quien cumple 25 años. "No tengo ni idea de si estará libre, pero en todo caso es un asunto privado", dijo un portavoz de Clarence House a los periodistas.