José Manuel González-Berbel construye una historia de amor en un ambiente tan hostil como un psiquiátrico franquista en Extremadura en su primera película, El hombre de arena , que cuenta con la participación de los actores Hugo Silva, María Valverde e Irene Visedo.

El filme, que se rodó en parte en la comunidad autónoma, es una coproducción de Iroko Films, Adivina Producciones y la compañia emeritense Las siete sillas. Por este motivo, el próximo jueves se presentará en Mérida en los cines El Foro, un día después de su estreno en Madrid.

A la presentación del filme, que tendrá lugar a las 21.30 horas, asistirá la totalidad del elenco de actores: Hugo Silva, María Valverde, Irene Visedo, Alberto Jiménez, Ana Ruiz..., además del cuadro técnico, director, productores asociados y delegados.

El hombre arena fue presentada ayer en Barcelona, donde González-Berbel, también guionista, comentó: "Desde un principio pensé que la ley franquista de Vagos y Maleantes podía ser una excusa para situar una historia de amor en un centro psiquiátrico de la época".

Aquella ley, recuerda el director, propició que "mendigos, vagos habituales, homosexuales y diferentes tipos de rufianes fueran considerados peligrosos y sometidos a medidas de seguridad en diferentes instituciones".

Este es el caso de Mateo (Hugo Silva), un espíritu libre que gana unas "perrillas" tocando la gaita, lo que irrita a un poderoso del pueblo en el que vive y le lleva directamente a un "manicomio" extremeño, regido por un implacable director y su particular "método".

VIOLETAS El actor Hugo Silva, popular por su participación en la serie televisiva Los hombres de Paco y que afrontaba su primer papel protagonista, ha confesado: "Me ayudó la documentación que me dio el director sobre cómo trataban aquellos centros a la gente, a los violetas, que era como llamaban a los homosexuales".

Silva, que completó aquella documentación con preguntas a sus padres y abuelos, que vivieron aquella época "de manera consciente", ha definido a Mateo como "un personaje muy bonito, entero y muy humano".

A partir de la documentación y de entrevistas a antiguos trabajadores en psiquiátricos, el cineasta construyó su propio centro.