En febrero de 1939, 71 camiones cargados con más de 27.000 piezas del patrimonio artístico español cruzaban la frontera camino de la Sociedad de Naciones de Ginebra. Al frente de aquella operación se encontraba el pintor extremeño Timoteo Pérez Rubio, presidente de la Junta de Tesoro Artístico.

Al final de la guerra civil, las mismas obras volvían intactas a sus lugares de origen: el Museo del Prado y otras pinacotecas de Madrid.

Ayer, 70 años después, el Gobierno "saldó la deuda histórica", en palabras de José Luis Rodríguez Zapatero, que tenía con las instituciones que protegieron el legado artístico del país, condecorando a cada una de ellas con la Orden de las Artes y las Letras.

Zapatero reconoció "la extraordinaria labor" de la Junta de Tesoro Artístico y alabó la figura de Pérez Rubio, "que no abandonó las obras de arte hasta que, una vez finalizada la Guerra, fueron devueltas al país". Precisamente entre los asistentes al acto de ayer se encontraba Carlos Pérez Chacel, hijo de Timoteo Pérez Rubio.

Fue la primera actividad cultural de la presidencia española de la Unión Europea, una coincidencia buscada ex profeso con la intención de "convertirlo en un reconocimiento a la cultura como una de las señas de identidad fundamentales e irrenunciables del proyecto europeo", apuntó Zapatero en su discurso.

El Presidente --ante Las Meninas , uno de los lienzos que emprendieron el exilio-- recordó que la "heroica, democrática y encomiable" empresa de salvamento fue posible gracias a que, auspiciados por el pintor Josep Maria Sert, los directores de varios museos del mundo --el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Museo de Arte e Historia de Ginebra, los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, el Museo del Louvre de París, la National Gallery de Londres, el Rijksmuseum de Amsterdam, la Tate Gallery de Londres, la Wallace Collection de Londres y la Reunión des Museés Nationaux (Francia)-- formaron, en 1939, el Comité Internacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles y asumieron la responsabilidad trasladarlo y protegerlo.

DESDE 1936 Un trabajo que empezó en noviembre del 1936, cuando ante los continuos bombardeos sobre la capital, la Junta decidió trasladar las obras de arte de Madrid a Valencia; y en marzo de 1938, ante la ofensiva de las tropas nacionales y la posibilidad de quedar aislados de la frontera, acordó desplazar todo el legado hasta Figueres. Fue entonces cuando las obras pasaron a cargo del Comité Internacional.

Al final del acto, se abrió al aire libre y frente al Museo del Prado la muestra Arte salvado , que narra el periplo de los tesoros salvaguardados.