El actor norteamericano Ian Somerhalder, conocido en España por la serie televisiva Perdidos , ha sido la primera estrella estadounidense en llegar al Festival de Cine de Sitges con un filme que es además una versión de Kairo , del director japonés Kiyoshi Kurosawa.

El actor ha confesado que antes de afrontar el rodaje de Pulse vio tres veces Kairo porque "siempre que hay que hacer un remake es bueno ver la película anterior para ver el sentido del original y la filosofía del director".

En el caso de Kairo , Somerhalder ha elogiado el trabajo de Kurosawa, "un auténtico artesano del género fantástico" y comenta que "la factura de sus películas es excelente, como gran parte del terror japonés, lo que explica, en parte, por qué el cine norteamericano está recurriendo tanto a versionar películas japonesas".

Los productores, añade el actor, se fijan sobre todo en que una película espante y dentro de estos parámetros se buscan las mejores.

Somerhalder es consciente de que "la película original era de un gran director, de mucha experiencia, mientras que el remake ha sido realizado por un cineasta novel y siempre el director que hace una nueva versión de la misma película tiene una gran responsabilidad".

LO REAL Y LO FANTASMAGORICO La línea argumental de Pulse conserva la esencia de Kairo : un puente entre dos universos paralelos, el mundo real y el fantasmagórico, que encuentra su conexión en la red Internet, en los teléfonos móviles y en las agendas PDA, es decir, una versión moderna y actualizada de lo que hacían los espectros en Poltergeist , de Tobe Hopper, en la que se manifestaban a través de la televisión.

Somerhalder da vida en Pulse a un freak de los ordenadores, Dexter, que acaba convirtiéndose en el único aliado de la protagonista de la historia, obsesionada por encontrar la razón de tantos suicidios ocurridos en su círculo de amigos.

De su experiencia en Perdidos destaca "el espíritu de comunidad" que había entre los actores, que "luego se traducía en la serie" y la fortuna añadida de haber podido vivir durante un tiempo en Hawai.

El actor asegura que "participar en Perdidos me cerró alguna puerta, pero al mismo tiempo me abrió otras tres opciones en el cine".