Había motivos para acudir al Teatro Monumental de Madrid --las entradas estaban agotadas hacía semanas-- con la cámara cargada el pasado sábado por la noche. Los que habían anunciado una "velada histórica" no vendían humo. Siete de los grupos más recordados del pop español de los años 80 se disponían a reinterpretar 17 grandes éxitos de la época junto a la Orquesta de RTVE. La excusa era editar un disco con la grabación en directo. El gancho sentimental y morboso consistía en volver a ver juntos a los ídolos de ayer y comprobar los efectos del paso del tiempo.

El encuentro tuvo mucho de experimento musical, pero todavía más de aquelarre ochentero. El vídeo proyectado al inicio del concierto (con imágenes de época de Naranjito, Paloma Chamorro y Felipe González tras la victoria socialista en 1982) avisaba del cariz nostálgico de la reunión. "Los 80 fueron irrepetibles", confirmó Germán Coppini nada más agarrar el micrófono.

El cantante de Golpes Bajos fue el encargado de dar comienzo al recital con sendas versiones sinfónicas de Malos tiempos y No mires a los ojos . Críptico como siempre, dejó caer: "El hombre que no espera nada es el hombre más feliz". No debía esperar nada Javier Andreu, el cantante de La Frontera, a juzgar por la alegría que destiló al atacar El límite y Quién rompió el hechizo . De traje negro, se gustó en su regreso en clave raphaeliana. Como contento se le vio también a José María Granados, líder de Mamá, cantar bailongo y juvenil Nada más y Chicas de colegio .

EVOLUCIONES CURIOSAS Una de las curiosidades que prometía saciar la noche era: ¿cómo habrá evolucionado el guatelmateco Ye-Yé Iñaki Fernández? ha cambiado su bigote hitleriano por unos kilos de más, pero conserva intacto su dominio del escenario. Entusiasta y empático, su energía disimuló los apuros que pasó la orquesta para buscar un traje sinfónico a Todos los negritos y Hay un hombre en mi nevera .

El maridaje orquesta-pop no siempre fue cómodo al oído. Casaron bien los acompañamientos a Buena chica , Déjame y Ojos de gata , que cantó Alvaro Urquijo, de Los Secretos, que fue recibido con un "¡Enrique vive!" del público, en memoria de su hermano.

Por su parte, los miembros de La Unión (Lobo hombre en París , Sildavia y Maracaibo ) demostraron ser los más asiduos a los escenarios. Pero el plato fuerte aguardaba al final. La aparición entre ovaciones de Antonio Vega junto a Nacho García Vega (uno de los principales instigadores de la reunión), ponía punto y final a 19 años de silencio de Nacha Pop. Acontecimiento histórico. Y emocional. Sus versiones de Lucha de gigantes , Grité una noche y Chica de ayer hicieron creer que el tiempo puede ser reversible.

El festival nostálgico podrá ejercitarse en privado a partir de noviembre, cuando salga a la venta el compacto y el DVD de La edad de oro del pop español .