El premio Nobel de Literatura Imre Kertész, que estuvo interno en Auschwitz, advirtió ayer que no recomienda la visita a este campo de concentración porque se ha convertido "en un parque temático para turistas".

Imre Kertész, que presentaba en Barcelona Dossier K. , confesó que le costó volver al tristemente campo de concentración polaco y de hecho estuvo durante décadas sin ir.

A su juicio, el holocausto, omnipresente en la obra de Kertész, no nos hace inmunes a su repetición: "Después de Auschwitz no ha ocurrido nada que refute que pueda volver a ocurrir, pues que sucediera una vez significa que hay la posibilidad de que se repita".

El autor húngaro cree que "no ha cambiado nada después de Auschwitz en nuestra vida cotidiana, que es donde se gestó el horror", si bien, matiza, "no tengo la sensación de que Europa llegue a ese extremo en estos momentos".

Dossier K. (Acantilado) surgió de manera espontánea como una autoentrevista en la que Kertész habla de si mismo, de su obra, de la Historia y su relación con la Literatura a partir de esa entrevista con dos personajes, un judío y un gentil.

A través del género periodístico de la entrevista, Kertész construye, como él mismo dice, "una autobiografía a dos voces, que nunca habría podido escribir a una sola voz, porque necesitaba esa antítesis, ese contraste tan agudo".

El Nobel húngaro no vivió el proceso de escritura de Dossier K. como si fuera una entrevista, "sino más bien como un diálogo entre dos personajes que conviven dentro de mí".