Agradecido por la acogida pública y crítica de su segunda novela, El vano ayer (Seix Barral), Premio Ojo Crítico de Narrativa de Radio Nacional de España, el extremeño (así se considera él ya que creció en la región) Isaac Rosa deja que esta historia sobre el franquismo y su maquinaria gris siga teniendo vida antes de emprender una nueva obra. No siente, afirma, ninguna presión para ponerse a escribir de nuevo.

--¿Después de la aparición de la novela y su recepción, entiende que ha sido bien leída, según sus intenciones?

--Por lo que he podido escuchar de las razones del jurado, sí. Y esto es aplicable a lo que la mayor parte de los críticos y lectores que me han hecho llegar sus opiniones han dicho, en el sentido de que yo quería que se leyera de una determinada manera. Aunque tenía miedo de que se pudiera malinterpretar al abordar un asunto polémico como el franquismo y el tratamiento que hago de él, a veces con ironía, tal vez para verlo con todo su dramatismo, y que esto pudiera verse como una trivialización. Otros han buscado un enfrentamiento con la novela de Cercas, Soldados de Salamina , que yo no he perseguido.

--No es habitual en la narrativa española esta reflexión hacia el pasado.

--En general la novela actual es muy conformista y reconciliadora de la realidad. Y con el franquismo ocurre lo mismo. No se explica en ellas lo que ocurrió entonces. Casi se ha convertido en un género literario.

--En los artículos que escribe para este diario comparando novelas destacadas con un asunto actual hay un trasfondo poco complaciente con el presente.

--Parece algo cíclico que obras antiguas describan actitudes contemporáneas que las hace actuales, de manera que uno no puede ser optimista sobre la idea de progreso.