La reina de Inglaterra cumple mañana 80 años en plena forma y con la idea de seguir en su puesto por mucho tiempo. Isabel II sabe que es una soberana querida y respetada y con ese ánimo empezó ayer las celebraciones de su aniversario. Para abrir boca de los festejos que durarán hasta junio, la reina invitó ayer a 99 de sus súbditos a un almuerzo muy especial. El requisito para asistir a esta comida en el palacio de Buckingham era haber nacido, al igual que la reina, el 21 de abril de 1926.

La selección de los invitados, que provenían de todas las regiones del Reino Unido y también de países de la Commonwealth como Australia y Nueva Zelanda, se hizo por sorteo a principios de año. Una cita muy emotiva, según describieron algunos de los asistentes. Como Doreen, que calificó la ocasión como "el mejor día" de su vida. O Bertie, que llegó a la residencia real arrastrando una dolorida rodilla, pero que aseguró que no se lo hubiera perdido "por nada del mundo".

Isabel II volvió ayer a mostrarse llena de energía, sin dar señales de que esté pensando en abdicar en su hijo, el príncipe Carlos, fuente de continua especulación entre los británicos. Precisamente, unos comentarios de Margaret Rodhes, prima de la soberana, dejaron zanjado ayer este asunto. En unas declaraciones a la BBC, Rodhes aseguró que Isabel II morirá como reina, puesto que desempeña desde 1953. "Estoy segura de que nunca se retirará porque su trabajo no es un trabajo normal. Es un empleo para toda la vida", explicó categóricamente la anciana.

De lo que no cabe duda es de que la reina es una de las personas más queridas por los británicos. Prueba de ello fueron las palabras que le dedicó ayer el primer ministro, Tony Blair. En una intervención parlamentaria, Blair calificó a la soberana como "una de las personas más respetadas de nuestro tiempo".