El mundo de las folclóricas no gana para sustos. Ahora le ha tocado el turno a Isabel Pantoja, que permanece ingresada desde el pasado viernes en una clínica sevillana tras una subida de azúcar y una "descompensación metabólica" provocada, al parecer, por el estrés y la tensión. Vigilada de cerca por su compañero sentimental, el exalcalde de Marbella Julián Muñoz, la cantante se recupera satisfactoriamente y podría ser dada de alta en los próximos días.

El ingreso de la cantante se produjo el viernes por la tarde, tras realizarse unos análisis previos a una pequeña intervención en la garganta para quitarse un nódulo. Los exámenes constataron que Pantoja sufría "una "subida de azúcar importante" y un elevado índice de triglicéridos.

ESTABILIZAR LOS NIVELES Por este motivo, los facultativos del Hospital Infanta Luisa, en Triana, le recomendaron que ingresara unos días en el centro hospitalario, para descansar hasta que sus niveles de azúcar y de triglicéridos "estén más normalizados y estables" y se pueda realizar la intervención quirúrgica. La operación estará dirigida por uno de los doctores de la clínica de patologías de la voz Muñoz Cariñanos, que trata a numerosos cantantes.

El último parte médico, facilitado ayer a mediodía y firmado por el doctor Salomón Corcia, informa de que la cantante "evoluciona favorablemente". Para equilibrar la glucosa, la tonadillera mantiene el régimen especial de comidas de otros pacientes con afecciones similares, y está sometida a una medicación a base de pastillas.

Julián Muñoz dijo ayer que la paciente "necesita atención médica como cualquiera con unos niveles de azúcar tan altos", y desmintió que la tonadillera ya hubiese sido operada del nódulo. La madre de la artista, Ana Pantoja, y su hijo, Francisco Rivera, Kiko, también han ido a la clínica. La casualidad ha querido que esté ingresada en el mismo centro al que fue la semana pasada su hermano mayor, Bernardo, tras ser apuñalado a la salida de un bar.

La policía ha desmontado la versión de la víctima, que se recupera de sus heridas, y ha detenido como agresor a un joven de 25 años con antecedentes policiales que esa noche estuvo de copas con Bernardo. Este había dicho que le habían atracado poco después de abandonar el bar y que le hirieron al resistirse.