¿Ha actuado bien Verónica Lario, haciendo pública la regañina con su marido, el expresidente del Gobierno italiano Silvio Berlusconi? ¿Es la carta de Lario en La Repubblica el preludio de un divorcio? Estas eran las preguntas que se hicieron los italianos durante la cena del miércoles y que seguían haciéndose durante el desayuno de ayer.

Como en cualquier pelea, hay que ponerse de una parte y la opinión pública italiana también se decantó. Más de la mitad de los italianos, el 55%, desaprobó la decisión de Lario de reclamarle a Berlusconi que se disculpara con ella por flirtear con otras damas, según un sondeo de La Repubblica. Solo el 33% de los entrevistados consideraban que la esposa despechada tuvo una buena idea. El 12% restante no se pronunció.

La periodista Maria Latella afirma que desde hace días Berlusconi bromeaba con que su mujer lo había "echado" de casa. Al parecer, el distanciamiento viene de más lejos. La regañina pública, sin embargo, hizo efecto y Berlusconi explicó el miércoles que a partir de ahora dedicará más tiempo a su familia.

Algunos medios vaticinan un divorcio. Para otros, Il cavaliere usa el escándalo para aparecer como un hombre romántico que cede por el amor de una mujer.