El actor español Javier Bardem se perfila en los Óscar, cuyas candidaturas se anuncian mañana, como uno de los finalistas al premio al mejor actor secundario por su papel del asesino Anton Chigurh en "No es país para viejos", cinta de los hermanos Coen aclamada por la crítica.

Mañana se anunciarán en Los Ángeles a las 5:30 hora local (14.30 GMT) cuáles son las finalistas para las 80 edición de estos premios en los que Bardem, que ya optó al Óscar por interpretar a Reinaldo Arenas en "Antes de que anochezca" (2000), de Julian Schnabel, afronta la posible candidatura de una manera muy diferente: como favorito. La película de Schnabel -para el que también suenan tambores de Óscar, ahora por "La escafandra y la mariposa"- cubría en aquella ocasión una cuota de independencia para unos galardones devaluados por las concesiones a la industria y que acabaron premiando al "Gladiator" de Russell Crowe.

Crowe, por "American Gangster", es uno de los actores que se baraja como posible contrincante de Bardem, así como Philip Seymour Hoffman por "La guerra de Charlie Wilson", John Travolta por "Hairspray" o Hal Holbrook, por "Hacia rutas salvajes". Pero este año, los hermanos Coen han brindado al intérprete de "Mar adentro" (2004) el protagonismo en todas las quinielas y el reconocimiento en la gran mayoría de los galardones, desde las buenas críticas en el Festival de Cannes a la candidatura a los británicos Bafta y la victoria en los Globo de Oro.

La Boston Society of Film Critics; la Chicago Film Critics Association; la Dallas-Fort Worth Film Critics Association; los Florida Film Critics Circle Awards; el New York Film Critics Circle; la Phoenix Film Critics Society; la Southeastern Film Critics Association y la Washington D.C. Film Critics Association han allanado también el camino al Óscar para Bardem al nombrarlo el mejor secundario del año.

Bardem, con su comentadísimo corte de pelo y con un papel de gran impacto pese a ser de reparto, sube con "No es país para viejos" un nuevo escalón en una carrera que nunca a transcurrido por caminos fáciles y en el que las decisiones no han sido siempre acertadas.

En el momento en el que rechazó el papel que Steven Spielberg le ofreció para secundar a Tom Cruise en "Minority Report" (2002) -y que consolidó en el estrellato a Colin Farrell-, Bardem dejó claro que no sucumbiría a los brillos de Hollywood, sino a la atracción por nuevos retos. Así, prefirió participar en el debut como director de John Malkovich, "Pasos de Baile" (2002); asumió un papel episódico, casi un cameo, en otra cinta con Cruise, "Collateral" (2004), de Michael Mann, y rodó en España junto a Natalie Portman, "Los fantasmas de Goya" (2006), de Milos Forman que, sin embargo, fue un sonado fracaso comercial y crítico.

El cine español le reservó también alguno de sus mejores papeles en películas como "Los lunes al sol" (2002), de Fernando León de Aranoa, con la que ganó su segunda Concha de Plata en San Sebastián y un premio Goya, y "Mar adentro" (2004), de Alejandro Amenábar, que le reportó un cuarto Goya, una candidatura al Globo de Oro como mejor actor y el Óscar a la mejor película de habla no inglesa.

Ahora, cuando todavía está en las pantallas como Florentino Ariza en la adaptación que el británico Mike Newell ha realizado de "El amor en los tiempos del cólera", sus próximos estrenos le garantizan seguir acompañado de grandes nombres en el futuro. Woody Allen ha rodado con él en Barcelona "Vicky Cristina Barcelona", en la que coincide de nuevo con Penélope Cruz, y Francis Ford Coppola lo ha reclutado junto a Matt Dillon y Maribel Verdú para su proyecto "Tetro".

Además, entre sus próximos títulos figuran la recreación de la vida del capo de la droga colombiano Pablo Escobar "Killing Pablo", junto a Christian Bale, y su debut en el musical con "Nine" en manos del director de "Chicago", Rob Marshall, y de nuevo junto a Penélope Cruz.