A Javier Cercas el éxito obtenido con Soldados de Salamina no le ha matado ni ha constituido para él un peso a la hora de escribir La velocidad de la luz , su última novela que habla del éxito, el fracaso, el miedo, el mal y sus remordimientos.

Una novela con la que el autor quiere dejar claro que "antes de juzgar a nadie más vale pensárselo dos veces, y que aunque todos somos muy complejos, una cosa es cometer errores y otra es hacer el mal, una distinción que quiero dejar muy clara en el libro", afirma.

Y es que La velocidad de la luz , editada por Tusquets, que se pone a la venta hoy, es una narración que no hace concesiones a nadie, "más dura que Soldados de Salamina ", la novela que le proporcionó un éxito fulminante, y de la que se han vendido más de 400.000 ejemplares en todo el mundo. Posteriormente fue llevada al cine por David Trueba, también con éxito.

El nuevo trabajo narrativo de Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) es denso, aunque de lectura ágil, lleno de aspectos para que el lector reflexione, como la creación literaria, los peligros del éxito, la amistad y, sobre todo, la condición humana y su capacidad de hacer daño.

UN HOMBRE SENSIBLE En ella, Cercas, autor también de El inquilino o El vientre de la ballena , ha cambiado la Guerra Civil de Salamina por la guerra del Vietnam para situar al alter ego del protagonista, un hombre sensible, culto y muy leído, que se convierte en un criminal que no puede vivir por sus remordimientos.

La novela incluye en sus primeras páginas una cita de un verso de Bob Dylan: "Quien no está ocupado en vivir está ocupado en morir". Y Cercas aclara que él ha vivido muy bien desde conoció el éxito, porque ha estado "ocupado en vivir escribiendo esta novela, y el éxito, al contrario que al narrador, no lo he vivido como una catástrofe; y aunque todas las novelas son autobiográficas, ya que parten de tu propia experiencia personal, éste no es mi caso. Sí, en cambio, he querido contarlo porque conocí la gloria de la fama y supe al abismo al que te podía llevar si no lo ves a tiempo. "Mira -advierte- el éxito es obra del azar, pero quien tiene tendencia a pensar que es obra de su mérito propio, que es la bomba, y se cree Napoleón, está perdido. Eso se llama el espejismo de la omnipotencia, y comienza la corrupción moral del éxito, sin excluir ninguna profesión", precisa.

En la La velocidad de la luz se cruza la vida de un joven profesor de español en una Universidad del medio oeste norteamericano, aspirante a escritor, con la de su compañero de despacho que es un ex combatiente de Vietnam insobornable y culto que le advierte de los peligros de publicar y tener éxito.

Una experiencia muy parecida a la que tuvo el propio Cercas, ya que él pasó también dos años como profesor en la Universidad de Illinois y tuvo de compañero a un ex combatiente de Vietnam. Pero la novela también es un canto a la creación literaria como salvación. "Yo creo que escribo novelas sobre la aventura de escribir novelas, sobre la aventura de cómo se va construyendo".