El escritor extremeño Javier Cercas cree que "lo que ha pasado con Sarkozy y los gitanos en Francia" es "uno de los hechos más graves en mucho tiempo", porque supone "el inicio de la barbarie absoluta". "Cuando la gente no tiene qué comer y se empieza a señalar al extranjero, mal rollo", comenta el literato en una entrevista con motivo de la presentación en Francia de su novela Anatomía de un instante.

Según Cercas, "no es exagerado" el paralelismo que hizo la comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, entre el desmantelamiento de campamentos gitanos y su expulsión de Francia, y las deportaciones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

"Si en una crisis señalas al extranjero, que ni siquiera es extranjero porque es europeo, pero es de otra raza, y dices: 'tú, fuera'", el "significado del gesto" es el mismo que evocó Reding y supone "el inicio de la barbarie absoluta", señala Cercas.

El escritor, que confiesa que cuando comenzó la crisis económica y financiera hace más de dos años nunca pensó "que iban a venir tan mal dadas como han venido", teme que la situación pueda desembocar en conatos de racismo más pronunciados, algo que no cree que haya ocurrido en España aún.

Dice que pensaba que el agudizamiento del "racismo, las explosiones racistas y la aparición de partidos de ultraderecha que utilizan el racismo como arma" con motivo de la crisis, serían mayores en España, donde no obstante cree que ya están empezando a florecer.

"Esperemos salir pronto de la crisis, porque ya vemos cómo el Partido Popular (PP) está coqueteando con ciertas cositas", señala el extremeño.

El autor de Soldados de Salamina también encuentra conclusiones positivas que sacar de la crisis, como la revitalización de la política: "El dinero siempre ha mandado, desde que el mundo es mundo, pero la política dice dónde va y qué se hace con él".

Aunque se define como socialdemócrata, el también ensayista cree que "la culpa de todo la tiene la izquierda", porque "es una catástrofe".

"El discurso hegemónico es de derechas. La izquierda hace una política un poco menos de derechas, pero no hay un discurso propio", lamenta el literato, de 48 años, quien estima que "el discurso de izquierdas se ha fosilizado en la nostalgia de la revolución" y que "no se ha sabido crear nada distinto".

"Si alguien de izquierdas dice que Fidel Castro es de izquierdas, apaga y vámonos. Si eso es ser de izquierdas, yo soy arzobispo", ironiza el extremeño, quien entiende que "las utopías sólo han creado catástrofes y han acabado con la izquierda y con su discurso".

El creador de La velocidad de la luz redacta a mano antes de meterse en faena con el ordenador; se dice disciplinado, "aunque no tanto como Mario Vargas Llosa", y mantiene el "secreto de Estado" sobre su próximo libro; en las distancias cortas no rehuye ninguna pregunta y se muestra tan firme hablando de la crisis como de ETA.

"Son una mafia, simplemente, que tiene la excusa política", dice el autor, que considera que, junto con una tradición de intolerancia, "ETA es lo principal que queda del franquismo".

"No quieren dejarla porque la pistola es el poder", asegura Cercas, que entiende que, "si a un niño desde que tiene siete años le dices que España es un Estado fascista que practica un genocidio, cuando tiene 25 años no puedes decirle: 'Ahora vamos a dejarlo, ahora las armas no'". "Si tú les has dicho que el séptimo día Dios, en vez de descansar, creó el País Vasco, y que además es necesario matar por ello, eso no se lo puedes sacar racionalmente de la cabeza".