El Rey "paró" el golpe de Estado, pero antes del 23-F "hizo cosas que no debió haber hecho", al igual que la mayoría de la clase política, cuya "irresponsabilidad temeraria" abonó el camino a los militares rebeldes, afirma el escritor Javier Cercas.

Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) ha presentado hoy en Madrid Anatomía de un instante, un libro sobre la transición democrática que, según ha explica "tiene algo de ensayo y algo de crónica", y que busca ser fiel a la verdad, "sin ocultar lo que de negativo y positivo hay en todo".

Tres diputados

Anatomía de un instante (Mondadori) parte de una escena, la de Adolfo Suárez sentado en su escaño mientras los disparos de los golpistas zumban a su alrededor en el hemiciclo del Congreso y la gran mayoría de los diputados busca cobijo bajo sus asientos.

Aquella tarde del 23 de febrero de 1981 hubo otras dos personas que desoyeron las órdenes de los guardia civiles rebeldes y se mantuvieron en sus escaños: el general Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo, quienes junto a Suárez habían cargado en gran parte "con el peso de la transición", destaca Cercas.

Crisis, terrorismo y desgobierno

Cercas se remonta a los meses anteriores al 23-F para describir la "psicosis colectiva" que vivía entonces España, donde "todos pensaban que aquello se iba literalmente al carajo, y había razones para pensarlo: una crisis durísima, un terrorismo salvaje y Suárez que no controlaba el Gobierno".

El escritor concluye que "el golpe fue fruto de esa irresponsabilidad temeraria de muchos, de casi todos", que "se lo pusieron bastante bien a los militares golpistas", aunque insiste en que una cosa fue "la placenta del golpe" y otra la asonada.

Homenaje a la transición

"El Rey no fue una excepción, comete torpezas antes del golpe, cosa que es comprensible, porque está estrenando su papel, y comete imprudencias, indiscreciones, cosas que no debía haber hecho y hace, aunque luego, afortunadamente, reacciona y para el golpe", añade Cercas.

En su libro escribe que el Rey "no debió", entre otras cosas, "hablar con nadie ni permitir que nadie hablara con él de la posibilidad de sustituir el gobierno de Suárez por un Gobierno de coalición o concentración o unidad presidido por un militar". Cercas considera que "ese mito de que el Rey organizó el golpe es una de las mayores tonterías que se pueden decir y una falsedad absoluta".

En el libro "hay, en cierto sentido, un homenaje a la gente de la transición, ahora que nosotros, la gente de mi edad, decimos que aquello se hizo mal. Y yo no digo que fuera perfecto, pero que, dadas las circunstancias, salió mucho mejor de lo que cabía esperar", sostiene Cercas. "No tenemos ningún motivo para pensar que nosotros lo haríamos mejor", concluye.