El escritor Javier Marías acaba de poner punto final al tercer volumen de Tu rostro mañana , ese gran proyecto literario al que ha dedicado nueve años de su vida y que, una vez concluido, considera su "mejor novela", "la más compleja y ambiciosa", y "con mayor hálito, impulso y fuerza" en sus páginas.

"Tengo la sensación de que la novela ha quedado como yo quería, aunque sé que lo que el autor sienta no importa mucho, porque no es quién para juzgarla", afirma en una entrevista con Efe, en la que adelanta algunas claves de este tercer volumen que Alfaguara publicará a finales de septiembre y que tendrá unas 700 páginas.

La tercera "y última" entrega se titulará, salvo que el autor cambie de opinión, Veneno, sombra y adiós , y se sumará a las 375 páginas de la primera, Fiebre y lanza (2002), y a las 416 de la segunda, Baile y sueño (2004).

Son en total más de 1.500 páginas, y Marías, uno de los escritores españoles de mayor prestigio internacional, cae en la cuenta de que su novela será "más larga que el Tristan Shandy y quizá que el Quijote, lo cual, si se piensa en esos términos, es una osadía".

No hace ni dos semanas que entregó el original, y vive estos días entre "el agotamiento" lógico que produce el haber terminado un proyecto de tal envergadura, y "una especie de desconcierto, de lástima y de melancolía". "También, satisfacción, claro", subraya.

En esa melancolía influye además "un elemento de tipo personal" que tiene mucho que ver con "una de las razones" que lo llevaron a dividir esta obra en varios volúmenes: la muerte de su padre, el filósofo Julián Marías, en diciembre de 2005, y la de Sir Peter Russell, importante hispanista de Oxford y gran amigo del novelista, ocurrida medio año después.

Uno y otro han inspirado sendos personajes de la novela (el del padre del narrador y el de Peter Wheeler) y "ambos tenían mucha curiosidad por verse ficcionalizados ". Sus edades "tan frágiles" le animaron a publicar la obra en varios volúmenes, para que al menos pudieran ver impreso alguno.

Les dio tiempo a leer los dos primeros antes de morir, pero Marías los ha mantenido "en danza en el tercero a uno y otro, hablando y haciendo cosas". "Al terminar la novela, de pronto es como si se me hubieran muerto de verdad porque ya no los voy a tener dentro de la ficción", dice el escritor durante su conversación en su casa de Madrid.

"Sin sus vidas prestadas este libro no habría existido. Descansen ambos ahora, también en la ficción de estas páginas", afirmará en la mención expresa que hará de ellos al final de la obra.

3 DE SEPTIEMBRE DE 1998 Han pasado casi nueve años desde aquel 3 de septiembre de 1998 --"siempre empiezo mis novelas un 3 de septiembre"--, en que escribió las primeras líneas de esa historia protagonizada por Jaime Deza (llamado también Jacobo, Yago o Jacques), un español que se va a Inglaterra para hacer más llevadera la separación de su mujer y allí es contratado por "un grupo sin nombre", dependiente del MI6 o Servicio Secreto Británico.

Los reclutados por ese grupo poseen el raro "don" de ver en los otros y de conocer hoy cómo serán sus rostros mañana; son también capaces de saber hasta dónde pueden llegar las personas, si serán leales o traidores, si llegarán a matar.

En la última entrega, el protagonista "ve que su rostro puede cambiar", por lo que "en cierto sentido el tercer volumen podría ser Mi rostro mañana ".

Si los dos primeros volúmenes transcurrían sobre todo en Londres y Oxford, "en el tercero hay una buena parte que sucede en Madrid", comenta el autor.