Este compositor y profesor de composición del conservatorio de Badajoz estrena en la capital pacense cinco ´Canciones extremeñas´ para voz y piano

Jerónimo Gordillo lleva viviendo casi 31 años en Badajoz. De origen andaluz, nació en Alemania, adonde emigraron sus padres. El servicio militar le trajo a la capital pacense y aquí se quedó y desarrolló su carrera musical como director, compositor y profesor.

Dirigió la Banda Municipal de Badajoz y fue el primer director de las escuelas municipales de música. Se ha puesto al frente de diversas formaciones y ha compuesto para solistas y grupos de cámara. Ahora contribuye a aumentar la presencia de lo extremeño en las salas de música clásica al estrenar hoy Canciones extremeñas en un concierto que interpretarán la soprano Delia Agúndez y el pianista José Luis Pérez Romero.

La obra es un encargo del Instituto Extremeño de Canto y Dirección Coral. Este centro quiere crear un fondo de música de raíz tradicional en versión de concierto para piano y voz. Es algo habitual en repertorios de otras regiones, pero no así en Extremadura, donde solo Juan Pérez Ribes o Alicia Terrón han realizado trabajos similares.

"He buceado en los cancioneros tradicionales de Bonifacio Pérez Gil y García Matos y de allí extraje las cinco canciones que componen este ciclo", explica el autor. Esos temas reflejan el ciclo de la vida a través de diferentes momentos: el nacimiento, la boda, el trabajo, la muerte. "Yo he eliminado la presencia de la muerte y dar una imagen más vital".

Así, ha armonizado tres canciones del cancionero de Pérez Gil (dos de ronda y una de quintos) y dos del de García Matos (una de mayo, o mayada, y otra de boda). "He respetado escrupulosamente las melodías, pero su lenguaje armónico es distinto. Salvo tres notas, el resto están íntegras en estas piezas".

¿Qué clase de música compone? "Mi madre dice que no le gusta, que suena raro, que componga algo más agradable", bromea Gordillo. "Mi inspiración la asocio a lo que quiero hacer. La melodía no viene instantáneamente sino que uno ve las letras, el destinatario, y eso te condiciona".

Es testigo del avance "increíble" que ha experimentado la música en Extremadura. "Si uno lo compara con lo que había hace quince o veinte años el crecimiento ha sido exponencial". Conservatorios, escuelas de músicas, instituciones como la Orquesta de Extremadura, "que tan bien nos viene para escuchar música que habitualmente no puede escucharse".

"Uno va a los pueblos y ves a chavales con una formación musical buena. Naturalmente todo es mejorable. Si se piensa en Suecia o Alemania aún estamos muy lejos. Falta dotación, más medios. Una buena idea que ahora se está debatiendo es dejar de depender de entidades locales y pasar esa dependencia a las educativas".

¿Y de qué músicos se siente próximo como compositor "Pues tan próximo de Manuel de Falla como de Beethoven, de Sostakovich o de Bela Bartok. Yo soy melódico. Me gusta la melodía, pero tanto como el ritmo o la armonía. Y uno tiene que ser también consecuente con el tiempo en que vive y, claro, no puede componerse como se hacía en la época de Mozart. Pero después de la locura en que cayó la música tras la Segunda Guerra Mundial, se ha recuperado cierta emoción".