UUntil I find you es la novela de John Irving. Y lo es porque, aunque en su bibliografía se cuente como la número 11, esta obra de 848 páginas que la editorial Random House pondrá a la venta el martes es su libro más íntimo y autobiográfico, su mayor intento de resolver los grandes temas que han ocupado la vida y el oficio de uno de los escritores más leídos, con cinco historias llevadas al cine y un Oscar por el guión de Las normas de la casa de la sidra , adaptación de Príncipes de Maine , reyes de Nueva Inglaterra.

"Nunca había escrito un texto que me trastornara tanto", dice Irving de Until I find you (Hasta que te encuentre ), título de una obra en la que empezó a trabajar en 1998 y que fue convirtiéndose en una suerte de culebrón vital, con la figura paterna persiguiéndole insistentemente hasta el final del proceso.

Como muchos de sus anteriores relatos, la última novela de Irving (Exeter, New Hampshire, 1942) está llena de personajes masculinos con madres dominantes y progenitores ausentes. Aquí, el protagonista, de nombre Jack Burns, y su madre, una famosa artista de tatuajes, buscan al padre, un organista adicto a la tinta que tiene todo el cuerpo tatuado.

Nacido John Wallace Blunt Jr., Irving, que adoptó el apellido de su padrastro, nunca conoció a su padre biológico. Hasta aquí, una coincidencia ya reflejada en otros libros. Pero la nueva novela toma prestado un secreto que el autor de El mundo según Garp no había revelado hasta ahora: en 1953, cuando tenía 11 años, una mujer abusó sexualmente de él. Y a los 63, mientras escribía Until I find you , conoció por fin todos los detalles sobre su padre real.

LA OBRA En la novela, una mujer viola a Jack a los 10 años y otras muchas le seducen mientras va creciendo hasta convertirse en un célebre actor, especializado en papeles femeninos. Al final de la historia, tal y como le sucedió al escritor, Jack descubre la identidad de su padre.

Irving asegura que este texto, que empezó a escribir en primera persona, ha destapado muchas emociones enterradas, como aquella violación o la figura paterna. "Pensaba que todo de lo que me avergonzaba estaba genéticamente conectado a mi padre", comenta el escritor en The New York Times. Y aunque siempre negó tener curiosidad por él, se preguntaba "por qué no insistió" en buscarle. En 1981, su madre le mostró otro secreto: las cartas del padre en las que pedía ver a su hijo. "Quise encontrarlo entonces --señala--, pero no lo hice por mi padrastro, me parecía una traición".