La fiesta acabó pasadas las cuatro y media de la madrugada. Los componentes de Teatro del Noctámbulo, la compañía extremeña que ganó el pasado lunes el premio Max al Mejor Espectáculo Revelación por El búfalo americano , una pieza dramática de David Mamet, se reunió posteriormente en el hotel para seguir hablando hasta que les venció el sueño.

Ayer, por la mañana, el grupo se dispersó y cada uno volvió desde Zaragoza a su ciudad. José Vicente Moirón y Juan Antonio Lumbreras a Madrid, Francisco Carrillo a Badajoz y Francisco Magariño a Cáceres.

La estatuilla del premio, una manzana diseñada por el artista Joan Brossa se quedó en el domicilio madrileño de Moirón, fundador de la compañía junto a Leandro Rey, actor extremeño muerto joven, para el que Moirón tuvo las palabras más sentidas de su breve alocución cuando salió, con el resto del grupo, a recoger el galardón.

ENORME TRABAJO Moirón llegó exhausto a Madrid a última hora de la tarde. El actor extremeño veía recompensado los esfuerzos por poner en pie una obra de un autor poco comercial como Mamet, pero que es uno de los principales dramaturgos del teatro contemporáneo. "Sí, el trabajo ha sido enorme, y la apuesta por Mamet también. De hecho la tarea no terminó cuando la obra se estrenó el 30 de octubre en Badajoz (en el Festival Internacional de Teatro y Danza Contemporáneos). Probamos con el texto íntegro y posteriormente lo recortamos hasta que ha alcanzado un engranaje sólido".

Moirón aguarda siempre llamadas: de la televisión, del cine, del teatro. Es un actor en espera, al que un premio como éste "puede abrir puertas, pero también cerrarlas si uno lo entiende como un fin de etapa, que no es desde luego esta obra; al contrario".

De hecho, comenta, la distribuidora mantenía ayer, tras el premio, conversaciones que tal vez fructifiquen y venzan las resistencias de los programadores que tienen que decidir entre centenares de obras teatrales cada año para escoger un puñado con que diseñar la programación de sus ciudades.

"El mercado está muy mal, hay muchas compañías y muchas producciones". Pero, el Max debería servir para "para que la venta sea más fácil".

LA PRIMERA VEZ La primera vez que José Vicente Moirón se vio sobre un escenario se dijo: "Esto es lo que quiero ser toda la vida". Hoy no se arrepiente. "Dejé todo por ello". Se ve, en Medellín, si no recuerda mal, a los 16 años, esa primera vez, con la compañía El Carro del Teatro en el montaje Vivan los cómicos .

Y desde entonces ha cumplido uno de los preceptos del actor: el de girar en un carrusel subiendo y bajando. Subiendo hasta el Centro Dramático Nacional con Muerte de un viajante , bajando a su casa para esperar llamadas; subiendo ahora con El búfalo americano . "Es cierto que ha habido momentos de desánimo, pero a pesar de todo esta es la profesión más hermosa", afirma. No cree que el Max al Mejor Espectáculo Revelación sea un premio de consolación frente a otras producciones con mayor presupuesto. "Todas las categorías tienen importancia porque el Max es el mayor reconocimiento nacional que se da en el teatro".