Los monárquicos italianos tuvieron ayer el corazón encogido durante cinco horas. Fueron las que duró el primer interrogatorio judicial al que se ha sometido Víctor Manuel de Saboya, en la cárcel de Potenza (sur de Italia), donde ingresó el viernes acusado de explotación sexual y asociación para delinquir.

El escándalo que protagoniza el hijo del último rey de Italia, de 69 años, ha salpicado también a su primo Simeón de Bulgaria, que ayer negó ante la prensa que hubiera cobrado a cambio de contratas hospitalarias mientras fue primer ministro de Bulgaria.

Según el abogado Lodovico Isolabella, Víctor Manuel de Saboya, heredero del trono italiano --desaparecido tras un referendo en el año 1946-- contestó "con decisión, firmeza y precisión" a las preguntas que le hicieron los magistrados. Mientras el tribunal decide los cargos que presentará contra él, Víctor Manuel comparte celda con su secretario Gian Nicolino Narducci y con el empresario Rocco Migliardi, gestor de una sociedad de tragaperras.

CASINO IRREGULAR Todos ellos están acusados por la justicia de estar relacionados con una red que supuestamente emitía de forma irregular certificados para máquinas usadas en los juegos de azar, y además captaba prostitutas para los clientes del casino Campione d´Italia, un enclave italiano en territorio suizo.

Por su parte, el derrocado rey y exprimer ministro de Bulgaria Simeón negó en Sofía su supuesta implicación en el escándalo. En una rueda de prensa, el expolítico negó que el empresario italiano Pierpaolo Cerani hubiese financiado la campaña de su partido en las elecciones parlamentarias del pasado verano.

Simeón aludió así las acusaciones aparecidas en la prensa local, que cita fuentes judiciales italianas, que afirman que Saboya y Cerani le sobornaron para obtener contratos en el sector hospitalario y en las telecomunicaciones búlgaras.

Simeón aseguró también que no habló con el empresario italiano sobre la privatización de la compañía búlgara de telecomunicaciones BTK. Sin embargo, el exprimer ministro sí admitió que comentó con Cerani la construcción de un hospital infantil en el país balcánico, que finalmente no se realizó, y que utilizó su avión en una ocasión cuando fue invitado por el exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi a ver una ópera en La Scala de Milán.