Nadie puede discutirle a David Koepp un relevante papel como guionista en el cine norteamericano del último decenio. Sus trabajos para Malas influencias , Parque Jurásico , Misión: imposible y, sobre todo , Atrapado por su pasado , así lo atestiguan. Como director también ha demostrado talento e imaginación: El efecto domino y El último escalón tuvieron menos fortuna de la merecida.

Pero su tercer filme tras la cámara, La ventana secreta , se parece demasiado al que es el peor, por tramposo, de sus guiones, el de La habitación del pánico , de David Fincher. El principal problema es el punto de partida. Koepp trabaja sobre una novela de Stephen King: una historia inquietante que apenas inquieta y que se corona con un final tan previsible como insatisfactorio.

Koepp encierra a su protagonista, un escritor recién separado de su esposa al que da vida Johnny Depp, en una casa alejada de la ciudad. Un día se le aparece un misterioso personaje acusándole de haber plagiado un relato suyo.

Indefinido entre el thriller, el suspense y el terror psicológico, con unos toques humorísticos algo impostados, deja tras de sí un reguero de trampas.