La falta de traductores y la ausencia de interés, que no los prejuicios, son algunas de las razones que justifican la escasa atención que España ha tenido siempre, por regla general, hacia la literatura portuguesa, según coincidió en lamentar un grupo de escritores lusos reunidos ayer en Valladolid.

Fue con motivo de la Feria del Libro de esa capital, que tiene a Portugal como país invitado y que reunió en torno a una mesa redonda a los narradores Almeida Faria, y a las poetisas Filipa Leal y Ana Paula Ribeiro Tavares, ésta de origen angoleño.

El narrador, ensayista y dramaturgo Almeida Faria (Montemor-o-Novo, 1943) consideró que la carencia de "buenos traductores" puede influir de forma decisiva en el conocimiento de las letras portuguesa y española.

Para Mercedes Monmany, crítica literaria, esta situación se debe a que los españoles "somos poco aficionados a hablar otras lenguas, tenemos muy poca curiosidad". Contribuye también a ello, añadió, el hecho de que el mercado hispanohablante acapare todo el protagonismo y las apetencias bibliográficas de los lectores españoles.