El escritor chileno José Donoso (1924-1996) fue una pieza clave de los años en los que el boom hacía de las suyas en España. En Sitges, Mallorca y Calaceite, vivió con su familia durante 14 años, más del doble que García Márquez o Vargas Llosa. Pero con el relumbrón de dos premios Nobel y los vaivenes del público lector la figura Donoso, autor de novelas tan fundamentales como El obsceno pájaro de la noche o El lugar sin límites , ha terminado por quedar opacada. El propio Donoso, con su personalidad neurótica, fue amargamente consciente de su papel secundario, de quinto beatle, dentro del grupo --los otros serían Cortázar y Fuentes, brillantes figuras públicas--. Todo esto y algunas cosas más las descubrió Pilar Donoso, única hija del escritor, adoptada en Madrid en 1967, al tener acceso a los diarios de su padre que unidos a su relato personal están en buena parte integrados en la biografía Correr el tupido velo (Alfaguara) que ahora firma.

Lo que revelan los diarios es oscuro y necesariamente desagradable para la hija, que lee en ellos cómo Donoso, paranoico hasta el delirio, muestra su torturada desconfianza y crueldad hacia ella. "En el 2003 --explica Pilar--, parte de los diarios de mi padre, depositados en la Universidad de Iowa, se hicieron públicos en un diario chileno y allí se revelaban de una forma muy sensacionalista sus pulsiones homosexuales. Esta vez quise adelantarme, tener las herramientas para no desmoronarme, y escribir mi versión, que pese al dolor que me produjo también tuvo un efecto sanador. Fue como estar en el diván del psiquiatra".

En libro de Pilar Donoso también esta la alcohólica y frustrada Pilar Donoso, esposa del autor. No oculta, ni edulcora nada. La homosexualidad, tema recurrente en algunos de los mejores trabajos de Donoso, es para la hija más un miedo que una realidad: "Yo no he encontrado pruebas de que su homosexualidad fuera activa. Hay cartas en las que habla de ese sentimiento latente y sé que en su juventud tuvo escarceos. Pero ese temor sirvió para hacer de él una persona todavía más torturada, si cabe".

Pilar Donoso, que no se guarda nada, cuenta estas cosas con una tranquilidad zen. Antes de morir, el escritor le hizo el encargo a ella y a algún otro allegado de realizar su biografía.