Si Wonder Woman superó todas las expectativas de taquilla fue, sobre todo, por ser divertida. Así de sencillo. Adiós al regocijo destructivo, la oscuridad casi autoparódica y el cinismo de las primeras entregas del universo cinematográfico de DC. Hola «corazón, heroísmo, humanidad y humor», nuevos motores de las pelis DC, según el productor Jon Berg.

Después del relativo fracaso de Batman v Superman. El amanecer de la justicia, se encargó a Berg y Geoff Johns (jefe creativo de DC Entertainment) que supervisaran las próximas cintas superheroicas de DC/Warner. Según parece, Johns había insistido anteriormente, sin mucho éxito, en la necesidad de reducir gravitas en las películas, pero nadie le había hecho demasiado caso. .

Los consejos de Johns se notaron en Wonder Woman, la película más exitosa hasta la fecha (en todos los sentidos) del UCDC. En gran parte, ayudó al fenómeno que no hiciera falta haber visto otras películas para disfrutarla. Bueno, de acuerdo, había un guiño a Batman v Superman: la fotografía de heroísmo en tiempos de guerra que Diana (Gal Gadot) recibe al principio de la cinta, con una nota de Bruce Wayne por detrás. Este detalle aparte, era una historia de orígenes fácilmente disfrutable sin necesidad de manual geek de instrucciones.

Según contaba Diane Nelson, presidenta de DC Entertainment, en un muy informativo artículo recogido en la web de cultura pop Vulture, su pretensión es mantener esa vocación inclusiva en futuros proyectos: «Nuestra intención según avancemos, sin duda, es usar la continuidad para asegurarnos de que nada diverge de forma que no tenga sentido. Pero no hay insistencia en una historia general o una interconectividad en ese universo».

DC Entertainment se prepara además para estrenar un subsello, que todavía está por bautizar, en el que directores personales ofrecerán su propia visión del universo de la marca; como Fox dejó a James Mangold hacer con Lobezno en Logan, de la que existe incluso versión alternativa en blanco y negro. Todd Phillips (conocido por comedias como la saga Resacón) dará su propia visión del Joker, para la que no piensa contar con Jared Leto.

SOLTAR CADENAS / Pero antes de todo esto, de este tratar de soltar cadenas y avanzarse al posible cansancio del público, todavía quedaba un escollo por sortear: Liga de la Justicia, película que sí conecta personajes y viene firmada por Zack Snyder, el responsable (o culpable, según a quien se pregunte) de las últimas películas lideradas por Batman y Superman. La Liga de la Justicia une a esos dos personajes, interpretados, respectivamente, por Ben Affleck y Henry Cavill, con la exitosa Wonder Woman y otros personajes que aún están por asentarse en el UCDC: Cyborg (Ray Fisher), Aquaman (Jason Momoa) y Flash.

Bruce Wayne/Batman, a la manera de un barón de Münchhausen con una buena tableta de abdominales, reúne a este selecto grupo de héroes para luchar contra un enemigo que (sorpresa) quiere acabar no con una gran ciudad, sino con el mundo tal y como lo conocemos actualmente. Hablamos de Steppenwolf, una figura diabólica que tiene una legión de parademonios a su servicio. Un villano, seamos sinceros, poco interesante: posiblemente, el eslabón dramático más débil del relato.

El ambiente es (pre)apocalíptico, pero entre las nubes escapan rayos de luz y pinceladas de humor. Los personajes emprenden batallas de ingenio que se parecen a las escritas por Joss Whedon para Los Vengadores y su secuela... Esencialmente porque es el propio Whedon quien las ha escrito. Este es el mismo creador que rompió con Marvel para desafiarse a sí mismo en proyectos «más pequeños». El guionista Brian Michael Bendis (Jessica Jones) también acaba de cambiar Marvel por DC: ¿la competición entre marcas se igualará?

Liga de la Justicia acaba siendo una película de autoría compartida. Snyder aporta la acción histriónica, la oscuridad ambiental, los intentos de emoción a la sombra de Malick. Y Whedon incorpora unos chistes y una humanidad (ese Batman consciente ya de su edad) que hacen el conjunto menos oneroso.

En un principio, Whedon llegó a Liga de la Justicia solo para añadir algunos diálogos chisposos y una emotividad más natural que la de Snyder. Pero la tragedia golpeó el rodaje: Autumn Snyder, hija de 20 años del director, se quitó la vida, y después de la renuncia final de Snyder para hacer el luto, Whedon tomó las riendas del proyecto. Según cuentan los rumores, acabó reescribiendo un tercio del filme, por lo que hubo que rodar o volver a rodar muchas escenas a última hora. Los rodajes adicionales llevaron hasta dos meses, mucho más tiempo de lo normal y de lo deseable.

Los retrasos causaron problemas de agenda y también… pelo facial. Así es: gran parte de los últimos esfuerzos se dedicaron al borrado digital del mostacho real lucido por Henry Cavill en la sexta entrega de Misión: Imposible. La infografía obra milagros de todo tamaño.