La joven intérprete Lindsay Lohan (foto), una niña prodigio del cine estadounidense que se dio a conocer en películas de Walt Disney, se ha visto obligada a ingresar en un centro de rehabilitación en Los Angeles tras una nueva recaída en el alcoholismo que padece. Los estados etílicos de la artista han provocado costosos retrasos en el rodaje de su nueva película.

La revista People asegura que Lohan, de 20 años, está evolucionando muy bien y que ha expresado sus deseos de cuidar y velar por el estado de su salud. Por ello, ha pedido a los medios de comunicación que la respeten en este proceso. La web de

US Weekly asegura que la actriz ha sido admitida en el exclusivo centro Wonderland de Hollywood, una residencia de lujo con tratamientos de desintoxicación de alcohol y otras sustancias tóxicas que destaca por sus eficientes programas de prevención de recaídas.