La segunda jornada de la pasarela Cibeles resultó más entretenida, sofisticada e interesante que la primera. Especialmente grandes estuvieron Modesto Lomba y Roberto Torretta, que aportaron diseños elegantes sin complicaciones innecesarias.

Lomba destacó los pliegues y los fruncidos, además de consagrar la prenda imprescindible para el próximo invierno: el pantalón pitillo. La sofisticación vino de la mano de las tafetas de seda y el terciopelo. Torretta también aparcó la moda sport. Inspirándose en los años 60, el argentino mostró organzas y tafetas, sabia y originalmente combinadas con punto.