Extremadura derrochará hoy flamenco de mujer en el Festival de Nimes en Francia. Flamenco entendido desde el cuerpo y el alma de siete mujeres extremeñas que subirán al escenario francés, aupadas por la dirección del artista polifacético Jesús Ortega. También por la Junta de Extremadura que aplaude con su apoyo, no solo económico, a un evento que apuntala nuestra aportación autóctona en esta materia y en una ciudad, que se vuelca con el flamenco cada año. En su 27º edición el Festival Flamenco de Nimes del 12 al 21 de enero acogerá no solo a Mehstura, el espectáculo que representará a Extremadura, sino a toda una agenda de primeros artistas y conferenciantes que nos da una idea del respecto que muestra Nimes al flamenco. Por ese nivel, nosotros no podíamos faltar. Extremadura debe y merece seguir teniendo presencia con su cante, toque y baile en este tipo de festivales: a nivel nacional e internacional, no solo para que nos tomen en serio sino, sobre todo, para que nos tomemos en serio nosotros mismos.

—¿Qué es ‘Mehstura’?

—Mehstura es el conjunto de siete grandes mujeres que han hecho de un proyecto una realidad. Mehstura nace de la necesidad de estas artistas de expresar sus sentimientos artísticos, y cuando llegan a mí y me cuentan su idea, en ese momento siento la necesidad también de involucrarme y crear este espectáculo basándome en la necesidad de la mujer de reivindicar su propio papel en el flamenco.

—¿Es esta obra el primer paso a desarrollar su carrera como director artístico?

—Durante mi carrera artística he tenido la suerte de estar al lado de la maestra Cristina Hoyos y ser ayudante de algunos de sus espectáculos y coreografías, pero es en esta ocasión, con Mehstura, cuando afronto todo la responsabilidad de dirigir al 100% un espectáculo de esta envergadura.

—¿Qué verán en Nimes los aficionados franceses?

—Verán un espectáculo muy flamenco y muy dinámico. Podrán ver como el flamenco extremeño es algo más que los Tangos y Jaleos. Mehstura es además puesta en escena, iluminación, coreografía... Los aficionados franceses podrán disfrutar de un espectáculo lleno de feminidad.

—¿Qué aporta cada artista a ‘Mehstura’?

—Cada artista que forma parte de Mehstura es especial y única. En el caso de las cantaoras, son dos voces que suenan de maravilla, juntas y por separado. Nene Ramos aporta fuerza en su garganta, y Vicky Gonzalez genio y pellizco con la suya rota. Sara Castro con su guitarra es la encargada de envolvernos con su música. Es artista y tiene un gran peso en este espectáculo. A la viola está Rosa que llena el escenario con su personalidad llena de luz y frescura. Llena tanto el escenario con su instrumento como con su persona. Miriam Cantero tiene una voz que es grande y muy dulce a la vez. Además de voz enriquece el espectáculo con su percusión y su compás. Lo lleva en los genes. En el caso del baile, Eva Soto nos llena de arte con el desparpajo y la picaresca que la caracteriza. Cerramos el elenco con el baile también de Zaira Santos que se convierte en el hilo conductor de Mehstura con un baile lleno de flamencura con el que hace alarde de su profesionalidad.

—¿Hay que salir fuera de España para encontrar respeto por nuestro flamenco extremeño?

—No, no creo que se así. Si es cierto que el flamenco en el extranjero se valora más, pero no solo pasa con el flamenco extremeño, también pasa con el resto de comunidades flamencas. Desde la experiencia que he atesorado a lo largo de estos años viajando por el mundo he podido apreciar, que el flamenco extremeño es muy valorado pero eso no implica que no se respete dentro España.

—Al margen de los cantes autóctonos, ¿qué otras cosas aporta el flamenco extremeño a este arte?

—Si hablamos de la actualidad, creo que estamos en un momento donde se está aportando juventud, cultura y sabia nueva. Somos bastantes los jóvenes que apostamos por nuestro flamenco y cada vez veo más implicación y más calidad tanto en la guitarra como en el cante y el baile. Y para mí es muy importante que no perdamos nuestra esencia, esa que nos caracteriza y nos diferencia del resto de comunidades.

—También ha realizado unas conferencias ilustradas sobre el baile, el baile de nuestros tangos y jaleos, ¿qué aprendió usted de aquella experiencia?

—Pues la verdad es que mucho. Cuando empecé a documentarme, por el camino descubrí muchas cosas que no sabía, datos curiosos de muchos artistas de nuestra tierra. Hice un recorrido por la historia del baile flamenco para ubicar luego dentro de ella al flamenco extremeño, al flamenco profesional. Siempre se ha bailado en nuestra tierra pero muy pocos fueron los que se dedicaron profesionalmente a ello, algunos como Enrique el Cojo, Eugenio de Badajoz, Ramírez, El Peregrino... Creo que al baile flamenco extremeño tenemos que dotarlo de entidad e identidad al igual que lo es el cante (gracias a Ramón El Portugués, Juan Cantero y La Marelu) y la guitarra de la mano de Miguel Vargas. Somos los jóvenes los encargados de hacerlo.

—Ha colaborado en ‘El Gato Montés’ una obra estrenada en Valencia en el Palau de les Arts, ¿cómo ha sido la experiencia?

—Trabajar en esta ópera me ha llenado de aprendizajes nuevos, es un mundo muy diferente al flamenco pero tan rico que me ha llenado plenamente. Es un lujo poder disfrutar de esas maravillosas voces y más de sesenta músicos en la orquesta. Además, rodeado de grandes profesionales como Jose Carlos Plaza (director de la ópera) y Cristina Hoyos (coreógrafa) todo el tiempo que puedas estar a su lado es poco, son fuentes de creación y aprendizaje para mí. Siempre me gusta aprender de todo lo que sea arte y teatro porque soy un apasionado de la música, y de todo lo que conlleva.

—Siempre al lado de su ‘mentora’ Cristina Hoyos. Después de tantos años, ¿qué le sigue aportando?

—La pregunta es que, ¡qué no deja de aportarme!, pues imagínese tener la posibilidad de estar al lado de una persona con la trayectoria y sabiduría de Cristina, aparte de en lo profesional, con su visión increíble del arte, también en el plano personal donde me llena de consejos. Doy gracias a la vida por haberla puesto en mi camino. Recientemente la Academia de las Artes Escénicas de España le ha entregado su máxima distinción de honor a Cristina y a Salvador Távaro, debido a su excelencia y prestigio. Me he emocionado mucho.

—¿Qué nos falta al flamenco extremeño y qué nos sobra?

—Nos faltan espacios para poder trabajar diariamente, al igual que Sevilla, Madrid o Barcelona donde tienen sus tablaos, pero indiscutiblemente es un asunto difícil ya que no contamos en Extremadura con la afluencia turística ni las infraestructuras con las que cuentan otras ciudades. Creo que nos sobran ganas (se ríe) Somos una cantera de jóvenes con muchas ganas de hacer y aprender, y eso es maravilloso.

—¿Qué es lo próximo?

—Mi cabeza no deja de soñar nunca y siempre está relacionado con lo mismo, con mi flamenco, con el arte. Hay muchas cosas que tengo en mente pero ahora el principal objetivo es montar mi nuevo Centro de Enseñanza para poder ampliar espacios y disciplinas de enseñanzas para poder enriquecer a l@s alumn@s que tenemos y a los venideros. Quiero llevar mi escuela al casco antiguo de la ciudad, llevar el flamenco a su cuna.