El cantante Pete Doherty es el heroinómano más conocido del Reino Unido. Para su madre es simplemente un chico "inocente" y "divertido". Sobre el líder del grupo Babyshambles y novio de la supermodelo Kate Moss, se ha dicho y escrito de todo. Su afición a las drogas, detenciones, declaraciones ante el juez, tratamientos frustrados y conciertos suspendidos han ocupado las portadas de los tabloides de manera constante durante los últimos dos años, pero ahora le toca hablar sobre él a la persona que mejor lo conoce: su madre.

En un libro titulado Mi hijo pródigo, que saldrá a la venta en septiembre, Jackie Doherty abre su corazón para compartir su "sufrimiento" y los recuerdos de "un chico machacado por la fama y las drogas". Esta enfermera de 52 años, que solo se ha "achispado" tres veces en su vida, y que está casada con un militar, debe afrontar ahora ser también la madre de un drogadicto idolatrado por sus fans y cuestionado públicamente por la prensa sensacionalista.

Sin embargo, a Jackie no le gusta el victimismo, y en su primera entrevista, publicada ayer en The Times, aseguraba: "No hemos sufrido tanto como otras familias. Pete nunca nos ha robado, ni agredido, ni ha traído sus problemas a casa". Para la legión de fans, Doherty, de 27 años, es ya un icono de la autodestrucción, un glorioso heredero de Hendrix, Cobain, Joplin o Morrison. Una estrella del rock, en fin, viviendo peligrosamente. Pero para su madre es un chico "enfermo y frágil", cuyas "inclinaciones románticas" y sobre todo la popularidad le han llevado a donde está.

"La gran desgracia de Pete ha sido convertirse en famoso", explica una mujer que relata cómo ha conocido a algunos seguidores que le aseguraban que no se perdían un concierto "por si acaso era el último". Ha sido a raíz de su romance con Kate Moss, con la que mantiene desde hace más de un año una relación intermitente, cuando el rebelde Pete se ha hecho un personaje especialmente atractivo para los medios de comunicación. Jackie Doherty conoció a la top model en una ocasión, pero prefiere ser discreta y no dar más detalles: "Creo que los debería dejar en paz, han estado profundamente enamorados".

DETALLES ESCABROSOS Mi hijo pródigo es, según los que lo han leído, un relato que no evita los detalles escabrosos. Por ejemplo, en uno de los capítulos cuenta el aspecto de la casa que el cantante tiene al este de Londres. "Un caos de muebles rotos, parafernalia relacionada con las drogas y fotos de él pintado con su propia sangre".

Jackie Doherty, que ya ha publicado un libro de poemas, dice que ha escrito este libro para hacer un balance de la demonización de su hijo y "ayudar a otras familias".