Diario de una ninfómana , que se estrena este viernes en España, no se anunciará en las calles de Madrid. El equipo de la película dijo ayer que la Empresa Municipal de Transportes denegó la posibilidad de promocionar el filme en buses y marquesinas porque su cartel es "de dudosa legalidad" y "gratuitamente provocativo". La imagen muestra a una mujer en bragas que se toca el sexo con la mano. El cartel, sin embargo, sí está publicitado en las mamparas de los quioscos de la capital, que dependen de sus dueños.

El director de la cinta, Christian Molina, dijo que él mismo diseñó el cartel. "Es sutil y refleja bien el significado de la película", añadió tras calificar el veto de "acto de censura que recuerda al franquismo". Cuando el cineasta recibió la negativa para promocionar la película en los autobuses y marquesinas, cambió el diseño del cartel. Pero ante sucesivos diseños, la respuesta fue la misma: "No". "Llegué a la conclusión de que lo que les molestaba era la palabra ninfómana", se lamentó. Tras las dos negativas, Molina decidió mantener el cartel original, aunque ello supusiera no tener publicidad.