Ningún médico ha conseguido convencer a Santiago Carrillo de que deje de fumar. El tabaco es como el comunismo: forma parte de su piel. "Fumo porque me da seguridad y autocontrol. El cigarro es un apoyo increíble, sobre todo cuando tengo que hablar con alguien que me cae gordo". Así empieza Carrillo, comunista , un valioso y valiente documental que se estrena el próximo viernes y que ayer se pasó en el Festival de Málaga, ciudad a la que viajó el exlíder del PCE. Su sinceridad y su buen humor provocaron al final un largo aplauso por parte de la prensa.

A sus 94 años, Carrillo no tiene ni un solo pelo en la lengua. Está mayor, sí. Pero la cabeza aún le funciona como un reloj. Lo primero que hizo fue quejarse de que todos los periodistas le preguntan siempre lo mismo: "¿Qué hay de Paracuellos?" Nadie le menciona la "lucha épica" de la que formó parte de 1936 a 1939. "Madrid era una ciudad con bombardeos continuos. El cuadro era acojonante. Morían niños y mujeres todos los días. Pero, claro, de lo único que me preguntan ahora es de lo de Paracuellos. Que esa sea la única cuestión es una demostración de ignorancia", confesó.

Carrillo, comunista es el resultado de una larga entrevista con Manuel Martín Cuenca (La flaqueza del bolchevique ) y el comunista, que lo calificó de "interrogatorio de tercer grado". El expolítico se enfrentó al cineasta sin tener ni idea de lo que le iba a preguntar. "No hubo pacto previo", aclaró Martín Cuenca. Contiene valiosas imágenes de archivo y es un increíble viaje al pasado.