La historia de Ambiciones parece escrita por algún guionista con incontinencia imaginaria. Hace un año, una banda entró en la finca de Jesulín de Ubrique y se llevó 60.000 euros en joyas. Entonces, se conjeturó con que los ladrones podían pertenecer al entorno, ya que sabían dónde Carmen Bazán, madre del torero, escondía las alhajas. Pero ayer se supo que no fueron cacos, sino terroristas de Al Qaeda. Bazán identificó como suyos un collar y una cruz con esmeraldas que formaban parte de un macroalijo incautado en diciembre.