"El día que yo nací, mi madre parió dos gemelos: yo y mi miedo", sentenciaba Thomas Hobbes. El miedo, consustancial a la naturaleza humana, es un territorio muy transitado por los artistas y escritores de todas las épocas. "No hay especie más miedosa que la humana. Es el tributo que hemos de pagar por nuestros privilegios", diagnostica José Antonio Marina (Toledo, 1939). El filósofo y escritor ha aplicado su clarividente foco a esta pulsión en Anatomía del miedo (Anagrama). Pero, como señala en el subtítulo --Un tratado sobre la valentía--, si el temor es una reacción instintiva, lo que nos define es la manera que tenemos de enfrentarnos a él.

"Yo no soy mi miedo, como no soy mi dolor de barriga. Ser cobarde o valiente es otra cosa" --asevera el autor de La inteligencia fracasada--. La valentía es el origen de la ética, porque te lleva a hacer lo que debes por encima de todo condicionante".

El creador toledano destaca que, a diferencia del impávido y del temerario, el valiente sabe sobreponerse a su temor: "Antes de entrar en combate, el mariscal Turenne, sintiendo que temblaba de miedo, se dijo: ´¿Tiemblas, cuerpo mío Pues más temblarías si supieras dónde te voy a meter´".

Tras denostar la escuela psicoanalítica "que solo da vueltas sobre lo mismo", Marina reivindica la psicología conductista, que apuesta por la acción.

Aunque finalmente usó un fragmento de El jardín de las delicias , Marina barajó la idea de ilustrar la portada con una foto de dos soldados norteamericanos abrazados durante la guerra de Vietnam: "Cuando la gente tiene miedo, acostumbra a juntarse".