Mario Vargas Llosa se ha traído la elegancia, la claridad y la calidez a la gélida ciudad de Estocolmo. Más de un centenar de amigos peruanos y españoles se han trasladado a la capital sueca para apoyar con su cariño al premio Nobel, que esta tarde dictará su discurso de aceptación.

La familia Vargas Llosa prácticamente al completo --solo faltaba su hijo Gonzalo, que llegó por la tarde-- asistió a la rueda de prensa, en la que no quiso desvelar el argumento de su esperado discurso. Tan solo una pequeña primicia. Barcelona, el lugar que funcionó como diapasón de su fama y su prestigio, aparecerá en él. Así, medio en broma y sonriendo, terminó aceptando que esa podría ser una bonita compensación a la ciudad por el saque de honor que el otro día hizo en el Santiago Bernabéu.

Inmune a la maldición que, dicen, arrastra el premio, afirmó que el Nobel le ha provocado unas ganas más intensas todavía de seguir escribiendo. "No me voy a dejar enterrar por el Nobel. No dejaré que me conviertan en una estatua. Estoy convencido de que voy a estar lleno de sentimientos, anhelos y proyectos hasta el final".

Rodeado de periodistas latinoamericanos, no hay que olvidar que Suecia es uno de los grandes países de acogida de los exiliados de la dictaduras del cono sur, recordó con emoción el recibimiento que la noticia del galardón ha tenido en su país. "Me ha conmovido cómo han celebrado la noticia en Perú", dijo, quizá quitándose con ello la espinita de aquella derrota electoral que sufrió como candidato a la presidencia peruana.

Negó que fuese machista aunque el tema salga en sus libros, tuvo un pensamiento para Flaubert, pero el recuerdo más emocionado lo tuvo para lo que muchos considera el gran error de la Academia Sueca:haber ignorado sistemáticamente a Jorge Luis Borges. Fue su nombre el que pronunció a pedido de una periodista que, sugirió, ofreciera su premio a otro autor. "A Borges, sin duda; si pudiera lo resucitaría", dijo, expresando, curiosamente, el mismo deseo que su colega y examigo García Márquez cuando fue galardonado.