Después de doce años, escribe Rafael Alvarez ´El Brujo´ en el texto de introducción a ´Los misterios del Quijote´ era inevitable llegar a la obra cervantina. Sucesivos montajes (´Arcipreste´, ´San Francisco, juglar de Dios´) dieron poso al actor para enfrentarse con la principal obra de la literatura española, que hoy y mañana presenta en solitario en el Festival de Teatro Clásico de Cáceres. En esta versión, de la que es autor el propio intérprete, la voz que habla, la del Brujo, que se bifurca en Sancho y Quijote, lo hace, anota el actor, para "celebrar el matrimonio del sentido con la insensatez".