La producción de películas "que gusten" al público es la mejor manera de que el cine español "se ayude a sí mismo" al margen de las subvenciones, reflexionó ayer en Valladolid el director de fotografía Alfredo Mayo, a pesar de reconocer que la economía "limita la creatividad".

"Eso no es nada nuevo. Antes, en la época de Berlanga, rodábamos un plano al día en la fuente de La Cibeles para una película con hasta cuarenta figuras reconocidas, mientras que ahora es imposible porque a los cuatro actores de renombre se acaba el presupuesto", manifestó antes de impartir una clase dentro del 46 Curso de Cinematografía de la Universidad de Valladolid.