Memé Tabares y Cristina Díaz Silveira son las responsables del montaje Prometeo, del fuego a la luz , la producción que representa al teatro extremeño en la cincuenta edición del Festival de Teatro de Mérida. Tanto monta, monta tanto, ambas se complementan como ya hicieron en Las Parcas en el 2001.

--¿Cómo y por qué empezásteis a trabajar juntas?

--Memé Tabares: Coincidimos hace unos años en Las Parcas , que produjo el Festival, y desde entonces nos quedaron las ganas de volver a coincidir porque fue un encuentro bastante fructífero y muy agradable.

--¿Cuál ha sido el proceso de creación de este Prometeo?

--Cristina Díaz: Lo primero fue el trabajo en el texto de Memé y a partir de ahí, de la comprensión de la lectura dramática, fuimos poco a poco creando las escenas y como podía plasmarse este planteamiento.

--¿No temen que a la gente que no conozca la historia de Prometeo le cueste seguir el hilo del espectáculo?

--C. D.: Creo que la historia que se plantea es muy simple, que se puede llegar a entender, aunque puede que se pierdan un poco los detalles del mito. Lo interesante es ver lo cotidiano de cualquier mito en cualquier acción de hoy en día. Aunque no esté la historia del mito tal y como la conocemos, creo que la esencia está clara.

--Da la impresión de que en realidad la historia de Prometeo es la de un hombre, un titán, que intenta ayudar sin preguntar. Vamos, como George Bush...

--M. T.: Eso es, ha dado en el clavo. Es verdad, Prometeo se mete donde no le llaman, se pone a ayudar sin que nadie se lo pida. Pero a veces entrar arrasando a ayudar a alguien sin que te lo pida puede ser muy desastroso. Intervenir en los procesos naturales de la gente es negativo.

--¿Algo así como lo que hace el hombre con la naturaleza?

--M. T.: Algo así. Eso ocurre porque partimos de la idea arraigada de que somos seres especiales, superiores. No entender y comprender cuál es el proceso interno de cada cosa, de la vida, nos hace ser brutales, incluso con muy buenas intenciones.

--¿Supone una responsabilidad ser durante unos días el espejo del teatro regional?

--C. D.: Me hace ilusión que se vea así por los intérpretes que tenemos. Me parece bien que se vea como la evolución del teatro extremeño porque se ve a un grupo de actores que se ha ido creando aquí y que tiene una formación muy completa.

--Da la impresión de que Cristina aporta más visceralidad y Memé encauza esa energía.

--M. T.: Es como el hijo y la hija que hacen de Prometeo. El está más en la acción y ella más en pensar cómo hacerlo. Cristina trabaja mucho más buscando las formas, y yo poniendo en el escenario esas imágenes.

--¿Temen que el público les juzgue de forma distinta por ser una compañía extremeña?

--M. T.: Pues no nos gusta que nos miren de otra forma, pero hay que asumir que las producciones extremeñas se acogen con mucho cariño.

--C. D.: Es como en una familia. El hijo siempre tiene que estar convenciendo al padre, a la patria, de que el trabajo que haces está a la altura. Estás en casa y sabes que siempre te van a considerar una niña chica.