Qué cabría esperar de dos filósofos de fama mundial, o de dos escritores, que se encuentran en algún momento de sus vidas? Demasiado humanos, habría que pensar. Años de cultivo del intelecto y la expresión más inmediata es la más inesperada. Dicen que cuando el filósofo Ludwig Wittgenstein mantuvo en Oxford una reunión de diez minutos con Karl Popper, en el curso de la misma llegó a amenazarlo con un atizador. Joyce y Proust coincidieron también una vez y se preguntaron si les gustaban las trufas. Ambos asintieron.

¿Y qué ocurrió entre Descartes y Pascal? Se sabe que hablaron una única vez el 24 de septiembre de 1647 en el convento parisino de los Mínimos. Pero no dejaron testimonio de lo que sucedió en aquella cita. El dramaturgo francés Jean-Claude Brisville reconstruye este hecho en una obra teatral, en la que ahonda en la vertiente humana de sus protagonistas.

El encuentro de Descartes con Pascal joven se estrenó en su versión original francesa en 1985. El pasado año, el actor Josep Maria Flotats (Barcelona, 1939), se encargó de la versión española, que presentó bajo su dirección en el Teatro Español. Era su segundo montaje del autor francés en esta década después de La cena , que recreaba otro encuentro de altura entre los políticos franceses Tayllerand y Fouché.

Aquel día de septiembre en que Descartes y Pascal coinciden, el primero, de 50 años, había escrito su obra maestra, El discurso del método , un texto revolucionario, que unía moral y psicología. Era un pensador sistemático, estructurado. Pascal, de 24 años, aún no ha concebido su principal legado, Pensamientos , que a lo largo del tiempo iría anotando pequeños papelitos.

A partir de la correspondencia que ambos dejaron, Jean Claude-Brisville (1922) reconstruye la peripecia humana de los dos pensadores, "dos mentes privilegiadas que debaten, se oponen, se respetan y se escuchan", afirma Josep Maria Flotats. El actor acaba de llegar a la oficina de su productora Taller 75, en Madrid, con la que ha estrenado todos sus montajes desde finales del pasado siglo hasta hoy.

En los años 80, Flotats dejó atrás una larga y exitosa carrera como actor en Francia. Muy joven, entre 1959 y 1961, gracias a una beca, pudo estudiar en la Escuela Nacional y Superior de Arte Dramático en Estrasburgo. Aún hoy sigue recordando que esos años fueron los del conocimiento primordial de su oficio. "Tuve unos maestros geniales, que me enseñaron que para subir a un escenario hay que merecerlo y trabajar, trabajar mucho. Luego, el talento se dará o no se dará". Eran los años 60. Unos da-