Decir que anoche en la Berlinale se hizo justicia puede parecer un alarde de patrioterismo, pero es que es verdad. Concediendo el Oso de Oro a la producción hispano-peruana La teta asustada , dirigida por Claudia Llosa, el jurado de la 59 edición del certamen premió la mejor de las obras presentadas aquí a concurso este año. De paso, la actriz Tilda Swinton y el resto de jueces --entre ellos la directora catalana Isabel Coixet-- le hicieron al festival un gran favor. La Berlinale 2009 será recordada por su irreprochable palmarés, y es un recuerdo bonito. Nadie se acordará del hatajo de malas películas a las que las premiadas se enfrentaron.

Desde que fue presentada a competición, La teta asustada (coproducida Wanda Films, Oberon y la propia directora) se posicionó como una favorita para llevarse el gordo. Reconocer que en un concurso de más nivel habría tenido serias dificultades no cuestiona las virtudes de este tributo a las mujeres que sufrieron la violencia y el terrorismo que tintan la historia reciente de Perú.

PROS Y CONTRAS Pese a no ser perfecta --por momentos, parece tratar la cultura indígena andina como un souvenir para el espectador--, la película de la directora afincada en España deja clara toda la pericia de Llosa para orquestar un relato lleno de símbolos y metáforas y, por tanto, de narración compleja; para colocar y mover la cámara y calcular cuánto debe durar cada plano; y para extraer todas las posibilidades estéticas y dramáticas de la imagen.

También el resto de estatuillas fueron a parar a quien debían. El premio especial del jurado, segundo galardón en importancia, lo compartieron la película alemana Alle Anderen y la uruguaya Gigante . El reparto tiene sentido, porque ambas son historias de amor y ambas abrazan la radicalidad de una narrativa desnuda, aunque la primera enfatiza el drama y la segunda lo amortigua. El iraní Asghar Farhadi fue considerado mejor director por su sofisticada puesta en escena en About Elly . No hay peros que valgan contra su premio, ni contra los otorgados a la actriz Birgit Minichmayr, por Alle Anderen , y al actor maliense Sotigui Kouyaté, protagonista del drama London River , que ayer se pasó 20 minutos contando chistes de africanos.

UN MODELO CUESTIONADO Este reparto de premios supone una penalización a los programadores del certamen, en tanto que privilegia películas que, a priori, ocupaban la periferia de la selección o, mejor dicho, eran ajenas a los dos principales criterios seguidos por el festival para elaborarla.

Por un lado, con el fin de obtener glamur en la alfombra roja y gran cobertura mediática, se ha apostado por películas protagonizadas por estrellas de Hollywood pero mediocres; por otro, para aparentar integridad cinéfila han recurrido a un puñado de directores de próstata delicada y visión del cine apolillada. Tampoco han cumplido.

El director del festival, Dieter Kosslick, salió al paso hace unos días de las feroces críticas vertidas sobre él asegurando que le importa más complacer al público de a pie que a la prensa. En ese sentido, puede estar contento: este año, la Berlinale ha batido todos sus récords de taquilla, en parte gracias a la proyección de películas como La pantera rosa 2 .

Ya puestos, tal vez el año que viene debería programar una retrospectiva de Will Smith.