Merecedora del Premio Donostia del Festival de San Sebastián, Meryl Streep sedujo ayer con su sentido del humor en un multitudinario encuentro con la prensa, horas antes de recoger el galardón que reconoce a una actriz que siempre ha buscado "recopilar experiencias para devolverlas al mundo".

La actriz estadounidense, recordó los mejores momentos de una carrera "que nunca ha estado guiada por razones estratégicas". "Nunca he perdido el alma ni las ganas de trabajar", dijo. Entre los libretos que cayeron entre sus manos se encuentran los de Kramer contra Kramer , Memorias de Africa , Los puentes de Madison , grandes historias que le han reportado un "desfile de mujeres variadas e interesantes" a las que interpretar.

"En estos momentos la industria está más interesada en gente de mi edad, porque los productores son gente de mi generación", analiza la actriz.

De momento acumula 14 candidaturas al Oscar, de las cuales La decisión de Sophie y Kramer contra Kramer le dieron una estatuilla, y Bette Davies le nombró su sucesora en una carta que le envió hace 20 años, aunque en su caso aún no cree que haya sucesora para ella, por la simple razón de que, considera, aún no ha acabado en esta profesión.

El Premio Donostia no llegó antes porque la actriz no pudo asistir con anterioridad al festival, ya que siempre estaba trabajando durante septiembre, explicó. "Robert de Niro me insistía: Tienes que ir a San Sebastián", recordó imitando los ademanes de su compañero.