"Mi emotividad actoral se vuelca en Alejandro Sánchez (uno de los nombres de Castro), un hombre que ha perdido el poder, lo ha perdido todo y está mirando a un macromundo nuevo para él, que es la otra Cuba", afirma Juan Luis Galiardo de su personaje. El director Alejandro González reconoce que lo relacionado con Fidel es controvertido y, por ello, "el reto de la película es hacerla humana". La producción dibuja los matices de la sociedad cubana que vive en el exilio y presenta una curiosa visión del gobernante, lejos de su uniforme y del poder. Alina Fernández, hija de Castro, participa como asesora, además de como actriz interpretándose a sí misma.