Entre el 70% y el 80% del mercado mundial de la música digital corresponde a iTunes, pero la hegemonía de su modelo de descargas a un euro está siendo discutida en el Midem de Cannes. La industria independiente apuesta por la suscripción como sistema de futuro.

El MidemNet, jornada de apertura del Midem, acogió este fin de semana un intenso debate decantado hacia las bondades de este modelo para combatir la oferta de intercambios gratuitos. Un sistema que defienden portales como Rhapsody y Napster.

"Es como la televisión por cable o satélite. ¿Sería razonable que tuviéramos que pagar cada vez por ver el noticiario? La mayoría de gente no compra nunca discos, y la suscripción les permitirá, por un precio bajo, acceder a millones de canciones", explica a este diario Scott Cohen, fundador y presidente de The Orchard, la distribuidora digital independiente más importante del mundo (un millón de canciones de 73 países).

Ese sistema conduce a un cambio de hábitos: la posesión de la canción en el disco duro quedaría superada por la idea de acceder, cuando se quiera, a un repertorio casi ilimitado. "La música estará ahí y, si te lo ponen fácil, pagando, por ejemplo, 10 euros al mes, podrás disponer de ella sin descargarla y llenar el disco duro con miles de canciones que no oyes nunca", apunta Mario Rigote, de La Central Digital, distribuidora de música independiente y autoproducida impulsada por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

El sector estima que descarga y suscripción coexistirán temporalmente y que, a medio-largo plazo, se impondrá el segundo. "También iTunes lo adoptará; sabrá reinventarse", vaticina Scott Cohen, quien augura: "El disco será reemplazado por el formato digital en 10 años. Luego será un objeto marginal", sentencia.