Miles de italianos desfilaron ayer ante la capilla ardiente del actor Nino Manfredi, fallecido el viernes a los 83 años, para rendir homenaje al último representante de una generación de "grandes" de la comedia italiana.

La misma sala del Ayuntamiento romano que albergó las capillas ardientes Vittorio Gassman, Marcello Mastroianni y Alberto Sordi acogió los restos de Manfredi, el "último mosquetero" de una casta de intérpretes que marcó una época en el cine italiano.

LA LARGA LISTA "Se nos va el último de los grandes viejos del cine italiano, una parte de nuestra vida", señaló el presidente de la Cámara, Pier Ferdinando Casini, que fue uno de los primeros de una larga lista de representantes políticos que acudieron a la colina del Campidoglio a despedir al actor.

Entre ellos estuvieron los radicales Marco Pannella y Emma Bonino, quienes recordaron cómo en 1992 el actor se inscribió en el Partido Radical y quiso presentarse como candidato a las elecciones de aquel año.

"Nino, el último de los grandes, gracias por todos los momentos de alegría que nos has dado", "se nos ha ido uno de los nuestros" o "gracias por lo que nos dejas en nombre del cine" eran algunos de los mensajes en el libro de condolencias.

Tras el cierre de la cámara ardiente se realizó un homenaje público al actor en el que intervinieron los cineastas Ettore Scola y Lino Banfi.

El último filme interpretado por Manfredi fue La luz prodigiosa (2002), de Miguel Hermoso, en el que interpreta a un hipotético Federico García Lorca.