LAS DESAVENENCIAS entre el ministro de Cultura, César Antonio Molina, y Rosa Regás por el robo de los mapas de la Biblioteca Nacional, amenazan con convertirse en un culebrón. Reproches, críticas, censuras y recriminaciones salpicaron las declaraciones de ambos. El ministro dio datos sobre el comportamiento de Regás, que, según él, dejan clara la desidia en la directora de la institución.