Despegando (1979) se titulaba uno de los discos fundamentales de Enrique Morente. Pero al escucharlo, uno se daba cuenta de que el despegue ya estaba hecho, que planeaba sobre un territorio propio (dentro del flamenco) al que nadie había llegado aún. Las vías abiertas por este músico ocupan los últimos veinte años del fin del pasado siglo. Ortodoxo en sus primeros momentos, aplicado en su aprendizaje de los maestros, Morente dio poco a poco pasos en una dirección insólita, a partir de su voz, de su concepción musical, y de su experimentación con otras músicas. Este trayecto le condujo a discos como Lorca , Omega (en colaboración el grupo de rock Lagartija Nick) y El pequeño reloj , su última producción tan significativa de su trayectoria por su apego a la tradición y, simultáneamente, su ruptura con esta.