Para el quinto día de rodaje de Teresa, muerte y vida en Cáceres se necesitan moscas vivas y muertas.

Este es uno de los pequeños e infinitos detalles que constan en la planificación de la película. Si alguien debe notar que no haya colillas en el suelo en un relato histórico (hasta el director de Teresa se agachó el miércoles pasado en la plaza de San Mateo para recoger una y arrojarla lejos del ángulo de la cámara), todo un equipo debe procurar que las moscas lleguen a las cercanías de José Luis Gómez (fray Pedro de Alcántara) para que en la secuencia número 113 la mate. Por si acaso, otra nota para los especialistas en efectos especiales les advierte: "Reforzar moscas con digitales".

Las indicaciones forman parte del plan de trabajo del día número 31 de rodaje de la película sobre la santa de Avila que dirige Ray Loriga, y que ha podido consultar este diario.

La jornada

La jornada de ayer estaba prevista que discurriera entre las nueve de la mañana y las seis y media de la tarde en la finca La Enjarada. En total, el director contaba con rodar seis secuencias: cuatro en interiores, una en interior y otra, la primera de todas, en exterior e interior.

Las escenas transcurre en la casa de campo de Guiomar de Ulloa, la viuda rica protectora de Teresa que interpreta Leonor Watling. Dos de las secuencias suceden en el salón. Allí, según la sinopsis que recoge el plan de trabajo, hablan fray Pedro de Alcántara, el santo extremeño, y Teresa, quien se consideraba su discípula.

Otro momento discurre en los aposentos de fray Pedro, donde Guiomar y la santa de Avila le limpian las llagas. El dormitorio de Teresa, en el que ésta despierta de un sueño, y las caballerizas de la casa, donde el fraile y la monja se observan y aquel mata una mosca, son los escenarios de dos secuencias más. Finalmente, un coche de caballos debía llegar a la finca, ya de noche.

No sólo las moscas debían estar prevenidas. También el vaso de agua que sirve Teresa a fray Pedro, varias cartas lacradas, plumas, tinta y un sello, un cilicio, una escudilla, antorchas para iluminación del exterior, una chimenea encendida y los seis caballos blancos que tiran del carruaje de la amiga de Teresa.

Estas prevenciones explican que el aparente caos de un rodaje esté en todo momento controlado. A las 8.55 recogen a Paz Vega; a las 9.20 se vestirá y a las 9.40 se maquillará para que a las 10 de la mañana esté dispuesta para rodar.