Para rendir homenaje en toda su dimensión al director neoyorquino George A. Romero, fallecido el domingo en Toronto, a los 77 años, a causa de un cáncer de pulmón, deberíamos empezar haciéndonos esta pregunta: ¿Existiría la serie de televisión The walking dead o películas como Guerra mundial Z sin La noche de los muertos vivientes?

En lo particular, el temario zombi, la película de Romero significa un antes y un después. Rodada en 1968 de manera independiente, en blanco y negro, sin actores profesionales y con un presupuesto irrisorio de 115.000 euros, puso de relieve unos personajes del género de terror que hasta entonces habían escaseado en el cine.

La noche de los muertos vivientes significó el nacimiento del terror moderno estadounidense, ya que los otros autores determinantes de la renovación estilística y temática del género debutaron en los años 70,