La inminencia de la muerte en Dos menos y una nueva mirada al franquismo (cómica y trágica a la vez) en La cena de los generales destacan en el Festival de Teatro de Badajoz este fin de semana. Si el primer montaje reúne por primera vez a José Sacristán y Héctor Alterio, el segundo convierte a Sancho Gracia en un maitre que dirige una cena para militares de Franco. El tercer montaje del festival lleva la danza al escenario. En la programación off, cuplé en versión siglo XXI y humor extremeño.

´Dos menos´ . ¿Es posible reírse en los últimos momentos de la vida? En la comedia Dos menos , el primero de los montajes del Festival de Teatro de Badajoz de este fin de semana, se demuestra que es posible. Escrita por el francés Samuel Benchetrit, de 35 años, una pareja imbatible, José Sacristán y Héctor Alterio, la estrenaron en versión española en Buenos Aires el pasado año.

No es poca cosa que coincidan en escena dos actores de esta categoría, históricos , si la palabra no estuviera tan manoseada. Es la primera vez que ambos trabajan juntos en el teatro. No así en el cine: puede recordarse el duelo (Alterio, preso en Carabanchel, Sacristán, abogado) en Asignatura pendiente . Así que de nuevo podemos verlos en otro duelo.

"Yo no lo veo como un duelo. Somos compañeros y nos compenetramos perfectamente, como hacen nuestros personajes. Cuanto mejor sea el actor que tienes delante más te estimula tu trabajo", dice José Sacristán por teléfono desde el vehículo que lo traslada a Badajoz.

El caso es que ambos interpretan a dos enfermos que van morir y en lugar de acabar sus vidas en la sala del hospital deciden fugarse y salir al encuentro de... la vida nuevamente.

"Es una putada morirse", bromea Sacristán, que se declara "no creyente". "Yo ya hace tiempo que miro el calendario y veo cómo se va aproximando ese momento". Así que ni una obra como esta, que habla precisamente de la muerte de dos hombres de la edad de ambos actores, le altera. Lo que sí le "jode" es llegar a un momento en que "la naturaleza te humilla, y tienes que depender de los demás".

Dos menos ha sido un fenómeno teatral desde su estreno en Buenos Aires. Seguramente no se deba tanto a la obra como a sus intérpretes. De nuevo bromea Sacristán. "Más que la pasión que despertamos ambos por nuestro talento, lo que suscitamos es compasión. El público se dirá: ´Aprovechemos para verlos, ahora que les queda poco tiempo´. Bueno, no me corresponde a mí decir si la gente acude a los teatros por nosotros. Pero celebramos la respuesta del público. Las razones de ello no las sé.".

¿Y a la vista de esta devoción, no tiene el actor cierta responsabilidad frente al público en lo que escoge? "La misma con el teatro lleno que con el vacío". Aunque Sacristán reacciona de inmediato. El nunca ha trabajado en teatros vacíos. "Eso sí que no lo he sufrido. Me han desairado, pero encontrarme en una sala con dos o tres personas, no".

Que el montaje se estrenara en Argentina no es un capricho o una casualidad. "La primera vez que llegué a Argentina fue en 1963", recuerda. Y a finales de los 70 se convirtió en un ídolo debido a la repercusión de las películas de José Luis Garci Asignatura pendiente y Solos en la madrugada .

Desde entonces se ha hecho argentino y alterna estancias en aquel país con España. "Me siento orgulloso de ser reconocido como uno más entre los mejores actores que hay de este oficio", afirma. "Hay cosas de allí con las que estoy de acuerdo y otras, como las sociales, con las que no. Pero desde las primeras de cambio me sentí como en mi casa".

La vida de los hombres que van a morir en Dos menos aún durará hasta mayo. "Luego ya veremos. Con esta cosa de la crisis... aunque no para nosotros". ¿Y su salud, qué tal? "Como una rosa".

´La cena de los generales´ . Sostiene José Luis Alonso de Santos que su escritura teatral intenta trascender la época y ser válida para cualquier lugar en cualquier momento. Si escribe sobre un policía franquista en Trampa para pájaros , que se vio en el festival pacense la pasada semana, y la obra se estrena, pongamos en Polonia, el policía será comunista. El conflicto (las consecuencias del ejercicio del poder, de los extremismos) sigue siendo el mismo.

En La cena de los generales , también presente en el festival de Badajoz, vuelve al franquismo, a unas fechas anteriores (el último día de la guerra civil), para mirar "atrás sin ira, con la piedad humana que da la distancia y el arte", según señala De Santos en las notas de presentación de esta obra protagonizada por Sancho Gracia.

Tragedia y comedia se entrecruzan en torno a una cena de homenaje a los generales que han ayudado a Franco a ganar la guerra.

El lugar es el hotel Palace, donde Gracia fue criado, tras morir su padre de peritonitis, por el que fue maitre del hotel. En ese momento de exaltación bélica, sin embargo, no hay cocineros apropiados. O los hay. Pero están presos por republicanos. ¿Qué hacer? Naturalmente sacarlos. La cena es lo primero. El encargado de todo ello es el teniente Medina.

´Viajeras en la memoria´ . La danza sigue teniendo un espacio en el festival. Y la primera producción que se presenta en esta edición es esta extremeña de Sara García Guisado.

El grupo Nada que ver, con sede en Los Santos de Maimona, fue fundado en el 2002 por García Guisado (Badajoz, 1972) con la idea de crear espectáculos que aunaran el teatro, la danza y lo visual a través del vídeo. Viajeras en la memoria es su sexta creación. En ella, tres mujeres se trasladan al mundo de sus abuelas (sus vivencias "más profundas y menos trascendentes", según señala su creadora en la presentación del espectáculo). Y lo hacen mediante el movimiento y la música en directo.

´El higo traidor´ . En la sala Aftasí, la programación off del festival recupera el cuplé en versión del siglo XXI, con el espíritu de frivolidad, picaresca y sensualidad de principios del XX. Y lo hace Cristina Bernal, La Bernalina , actriz que actualmente forma parte de la compañía L´om Imprebís. En escena interpreta a una cupletista de los años 20 del pasado siglo.

´Escenas de café´ . La escena transcurre en un bar entre un camarero pasivo y un cliente incordiante. O más exactamente entre Francis Lucas y Francis Quirós, dos cómicos que presentan en la sala Aftasí Escenas de café (la del bar, la de Hamlet enfrentado a su padre y la de un autor acosado por un entrevistador).