La muerte que tanto obsesionó al director de cine y teatro sueco Ingmar Bergman lo encontró finalmente en el refugio donde se había retirado para esperarla, la isla báltica de Faarö. Bergman, de 89 años, había visto declinar su salud desde la muerte de su quinta esposa, Ingrid von Rosen, en 1995. El director falleció en la cama rodeado de parte de su familia. Su hija Eva Bergman explicó que la muerte llegó de forma "pacífica y tranquila". El esposo de esta, el escritor Henning Mankell, explicó que el desenlace no fue una sorpresa: "Lo visité la semana pasada y ya entonces vi que se nos iba. Era un hombre viejo que murió plácida y dulcemente en su cama, un viejo corazón que dejó de latir".

Nacido el 14 de julio de 1918 en Uppsala, creció marcado por la severa y puritana educación que le dio su padre, un pastor luterano. De aquí, y de la influencia de los dramaturgos Henrik Ibsen y August Strindberg y del psicoanálisis, nacen los temas (la muerte, la mujer, el alma humana, la religión) que marcaron toda su obra.

Después de estudiar Arte y Literatura, se dedicó a escribir y dirigir obras de teatro, su gran pasión. Su carrera cinematográfica empezó en 1944, cuando escribió el guión de Tortura , una película que ponía en cuestión el sistema educativo sueco. Su reconocimiento mundial llegó en 1955 con la comedia Sonrisas de una noche de verano , premio especial del jurado en Cannes y sobre todo, al año siguiente, con El séptimo sello . A finales de esa década sus obras adquirieron progresivamente un tono más negro, con parejas en crisis y sin referentes. En su filmografía destacan Fresas salvajes (1957), premio a la mejor dirección en Cannes; El manantial de la doncella (1960), Oscar a la mejor película en lengua extranjera, Gritos y susurros (1972), Secretos de un matrimonio (1974), Sonata de otoño (1978) y Fanny y Alexander (1983) su última película rodada para el cine, por la que obtuvo cuatro estatuillas. Tras dictar sus memorias (La linterna mágica , 1988) se volcó en el teatro. Sin embargo, en 2003 sorprendió con su último largometraje para TV, Saraband .

Bergman siempre dio el protagonismo de sus filmes a actrices como Maj Britt Nilsson, Harriett Andersson, Eva Dahlbeck, Ulla Jacobsson o Liv Ullmann, una de las muchas mujeres con las que compartió su vida, además de las cinco con las que estuvo casado. Bergman tuvo ocho hijos con sus esposas (Else Fisher, Ellen Lundström, Gun Grut, Käbi Laretei y Ingrid von Rosen) y reconoció también su paternidad de una hija de Liv Ullmann, la escritora Linn Ullmann. Uno de sus peores momentos, que le llevó a una profunda depresión, fue su detención por un presunto delito fiscal, del que finalmente fue exculpado, y que le hizo huir de Suecia entre 1976 y 1981.

REACCIONES Cineastas y políticos europeos lamentaron su muerte y lo definieron como autor "genial" y "persona extraordinaria". Así el portugués Manoel de Oliveira, el realizador más longevo en activo, lamentó la pérdida de uno de los directores más "geniales" y "universales" y el polaco Andrzej Wajda, declaró que el cine ha perdido a un artista que sabía descubrir el alma de sus héroes.