Esta vez es la voz de El emigrante , la de los exiliados del franquismo, la que deja su patria pero sin billete de vuelta. El gran maestro del cante Juanito Valderrama murió ayer a los 87 años en su casa de la localidad sevillana de Espartinas. Un infarto de miocardio acabó con su vida. Su corazón era tan grande como débil y en los últimos meses ya le había dado más de un aviso sobre su fragilidad.

Juan Manuel Valderrama Blanca acababa de merendar un café con magdalenas. Se fue casi sin notarlo, sentado en el cómodo sofá donde le encontró su esposa Dolores Abril, la mujer a la que contrató hace ya más de medio siglo para darle la réplica femenina en su compañía y de la que nunca más volvió a separarse. Tenía 38 años, tres hijos de su matrimonio con María Vega, y apenas un metro sesenta de estatura cuando la conoció. Pero Dolores Abril se convirtió con escasos 17 años en su pareja artística y sentimental con la que recaló en los teatros de España y grabó varias películas, como El padre Coplillas (1968) y Gitana (1965).

Con Dolores Abril tuvo otros dos hijos, Blanca, que también estaba en la casa en el momento de su muerte y Juan Antonio, el heredero del difícilmente igualable quejío de su padre que ha seguido los pasos del artista. Ayer se les esperaba a última hora en la casa familiar.

TRAYECTORIA Nació en cerca de Jaén, Torredelcampo, en 1916. Era hijo de agricultores y, según asegura en sus memorias, aprendió a cantar muy pequeño mientras varaba olivos en el campo. Cantaba flamenco desde que tenía pantalón corto. Su afición era tal que llegó a fugarse de su casa, aunque volvió al poco tiempo. Fue gracias a la Niña de la Puebla que por fin pudo debutar. La artista consiguió la gracia de los padres de Juanito y en 1935 el joven cantaor actuó por primer vez en público en el cine Metropolitano.

Poco después estalló la guerra civil y Valderrama se alistó en un batallón republicano en el que llegó a organizar un grupo flamenco con los artistas que estaban en el frente y con los que actuaban para los combatientes y heridos. Y eso fue suficiente para que su nombre saliera de las fronteras de Andalucía.

Fue tras actuar en Ponferrado, cuando compuso el estribillo de su famoso Emigrante , pero la letra de la canción la terminó después de cantar en Tánger, donde había huido centenares de exiliados del franquismo, muchos de ellos amigos de su pueblo o compañeros en el bando republicano. Y eso le conmovió.

Pero Juanito tuvo que cantar esa misma canción protesta ante Franco en una cecería privada en 1950. Al general, la canción incluso le pareció patriótica. Le pidió un bis y Valderrama lo cantó temeroso de que en en su segunda actuación el dictador intuyera el verdadero trasfondo.

Su última aparición pública fue en un gran homenaje que el Gobierno andaluz le dio en Madrid, con motivo del día de Andalucía el 23 de febrero. Apenas un mes y medio después Valderrama dice adiós. Su capilla ardiente estará instalada a partir de las doce del mediodía en el Centro Andaluz de Teatro de Sevilla y el miércoles por la tarde será enterrado en el panteón familiar de su localidad natal.