El Festival de Teatro Clásico de Mérida continúa su curso. Tras las 8.973 personas que disfrutaron de Calígula, ahora llega el turno de Troyanas, un montaje reivindicativo con la mujer luchadora como protagonista. Es una obra de Eurípides, versionada por el dramaturgo Alberto Conejero y dirigida por Carme Portaceli. Será la tercera función en pasar por esta 63 edición del festival y estará en el cartel desde mañana miércoles 17 hasta el domingo 23. Esta obra llega en el momento perfecto a la ciudad emeritense como reconoció ayer en la presentación el director del Festival, Jesús Cimarro: «Es la semana de las mujeres dentro del festival, primero con este montaje y después por el encuentro internacional sobre mujeres en el mundo de la cultura y la sociedad que tendrá lugar el jueves y viernes en el Museo».

Troyanas será representada por un elenco de siete actores, seis mujeres que darán voz a las víctimas de todas las guerras, no solo de la de Troya, y un único hombre que será el encargado de transmitir los mensajes de guerra. En el reparto destaca la figura de Aitana Sánchez Gijón que representa a Hécuba, una madre universal que da su aliento al resto de las mujeres y les invita a seguir luchando en la vida. Junto a ella estarán Alba Flores como Políxena, Maggie Civantos como Helena, Míriam Iscla como Cassandra, Pepa López como Briseida, Gabriela Flores como Andrómaca y Ernesto Alterio como Taltibio.

Tanto el delegado de Turismo de Mérida, Pedro Blas Vadillo, como la secretaria de Turismo de la Junta de Extremadura, Míriam García Cabezas, destacaron el papel de la mujer que se verá reflejado en esta obra. La directora, Carme Portaceli, aseguró que «las mujeres éramos las olvidadas de los olvidados» y destacó la figura de Eurípides como «uno de los primeros que se puso en el lado de los perdedores». La propia directora afirmaba que no era una «Troyanas diferente porque todo está inventado, pero al ser mujer puedo ver cosas para enriquecer el texto». Asimismo, se mostró muy orgullosa de su elenco de actores a los que denominó como «todoterrenos en todos los aspectos».