Más de mil obras expuestas, treinta y ocho salas expositivas y 7.500 metros cuadrados de superficie útil, son las cifras del reorganizado Museo Reina Sofía presentado ayer por su director Manuel Borja Villel.

En este museo reorganizado presenta una narración que arranca con la modernidad y llega hasta nuestros días.

La colección, según el director del museo Manuel Borja Villel, no pretende ser una historia canónica. "No queremos construir una historia homogénea, estamos más cercanos a Las mil y una noches que a Guerra y paz ".

Frente al relato del arte moderno, a partir de la sucesión de movimientos autónomos o de la ruptura de genios individuales, Borja Villel propone una contextualización de los distintos momentos artísticos en la historia y cultura material de los siglos XX y XXI, rechazando así una ordenación lineal o estrictamente cronológica.

Uno de los atractivos de la presentación ha sido contemplar los trece grabados pertenecientes a los Desastres de la guerra , de Goya con los que se inicia el recorrido y que conviven con la pintura Garrote vil , de Ramón Casas; Cuerda de presos de Jose María López Mezquita, fotos de Alfonso y la proyección Salida de la fábrica de los hermanos Limiere, entre otras obras.